Corea del Norte se caracteriza por ser un país sumamente hermético y la escasa información proveniente de aquella región tiene que ver, normalmente, con situaciones de censura.
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Por ejemplo, la desaparición de los jeans “occidentales” luego que Alan Titchmarsh, de 74 años, se convirtiera en un éxito de televisión en aquel país y los utilizara comúnmente.
Ante ello, el artista dijo en broma que se sentía ya que “nunca pensé en mí como alguien que pudiera desviar a la juventud de Corea del Norte”.
Sin embargo, este no es el único aspecto que representa el control en aquel país pues se busca la homogeneidad social para que se disipe cualquier signo de disidencia.
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Quizás uno de los aspectos más importantes son los cortes de pelo, los cuales están sujetos a una estricta aprobación del gobierno.
Los ciudadanos de aquel país deben escoger sus peinados con base en una lista de aproximadamente 15 opciones previamente aprobadas por el gobierno.
En ese sentido, los hombres deben tener el pelo corto y las mujeres únicamente someterse a estilos conservadores.
En cuanto se halle algún signo de disidencia se puede castigar con multas, trabajos forzados e, incluso, la prisión.
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Otro aspecto importante es la vestimenta tradicional, conocida como ‘Choson-ot’, la cual es obligatoria para eventos oficiales y reuniones públicas, promoviendo un sentido de identidad nacional y orgullo por la herencia coreana.
La apariencia es tan sólo una de las muchas limitaciones de aquel país que constantemente está probando armas.
Por ejemplo, hace una semana probó con éxito un motor de combustible sólido para su nuevo misil hipersónico de alcance intermedio, informó la prensa estatal el miércoles, afirmando que avanza en sus esfuerzos por desarrollar un proyectil más potente y ágil con capacidad para alcanzar objetivos remotos de Estados Unidos en la región.
Un misil hipersónico es uno de los sistemas armamentísticos de alta gama que el gobernante norcoreano Kim Jong Un prometió públicamente añadir al arsenal del país en 2021 para hacer frente a lo que describió como una creciente hostilidad de Estados Unidos.
Expertos externos afirman que Kim quiere modernizar su arsenal para obtener concesiones de Washington, como disminuciones en las sanciones, una vez que se reanuden las labores diplomáticas.
