En una nueva fase del conflicto en Malí, la aviación francesa atacó durante la oscuridad del lunes depósitos de combustible y escondites de extremistas islámicos en el desierto en el norte del país, en tanto que una portavoz militar dijo que las fuerzas francesas tienen previsto entregar esta semana al ejército maliense el control de Tombuctú.
Luego de tomar el control de ciudades clave en el norte de Malí y obligar a los rebeldes islámicos a replegarse hacia el desierto, los efectivos franceses viran sus operaciones hacia posiciones remotas de avanzada de los extremistas para impedir que tengan bases en el Sahara desde las que planear más acciones.
La portavoz de las fuerzas armadas, la capitana Nadia, dijo también ayer que los franceses tienen previsto retirarse el jueves 7 de febrero de Tombuctú después de tomar la ciudad la semana pasada tras la huida de los extremistas. Ahora, el mando militar francés afirmó que tiene intención de hacer un mayor avance hacia el noreste, hacia la estratégica ciudad de Gao.
Ayer, efectivos franceses patrullaban Tombuctú en transportes blindados de personal. En los campamentos militares de la ciudad, los soldados malienses de reciente llegada limpiaban el lunes sus armas y sostenían reuniones en preparación para asumir la seguridad de la ciudad tras el retiro de los franceses. Según Nadia, un pequeño contingente de soldados franceses llegará también como reemplazo.
Existen indicios de que los rebeldes islámicos han comenzado un conflicto de guerra de guerrillas desde sus bases en el desierto: en los últimos días murieron cuatro soldados malienses y dos civiles debido al estallido de minas terrestres en la región norte.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, dijo ayer a la radio France-Inter que la aviación de su país lanzó un ataque por segunda noche consecutiva en la región de Kidal, cercana a la frontera con Argelia. Los extremistas “no pueden permanecer ahí mucho tiempo a menos de que puedan obtener nuevos suministros”, apuntó.
Los franceses intervinieron el 11 de enero en Malí para contener el avance de combatientes vinculados a Al Qaeda que controlaban el norte del país y pretendían ir hacia el Sur.
Tras expulsar a los extremistas de las principales ciudades del norte, Francia pretende entregar el control de esos lugares a las fuerzas africanas de una misión autorizada por las Naciones Unidas conformada por miles de efectivos de los países cercanos.
En París, el vicepresidente de EU, Joe Biden, elogió la intervención francesa en Malí en una reunión con el presidente Francois Hollande. (AP)