La ONU, todas sus agencias y expertos en derechos humanos han condenado la decisión de los talibanes de cerrar las universidades a las mujeres y han solicitado a las autoridades de facto que gobiernan Afganistán que “revoquen inmediatamente la decisión”, informó la organización a través de un comunicado.
A través de este documento, la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán instó a las autoridades a “reabrir las escuelas para niñas más allá del sexto grado y poner fin a todas las medidas que impiden a las mujeres participar plenamente en la vida pública cotidiana”.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, describió la prohibición como “otro golpe atroz y cruel a los derechos de las mujeres y niñas afganas y un revés profundamente lamentable para todo el país”.
Tras recordar que su exclusión sistemática de prácticamente todos los aspectos de la vida “no tiene parangón en el mundo”, sostuvo que prohibir a las mujeres la educación terciaria es “aún más desgarrador” si se tienen en cuenta sus vitales contribuciones a lo largo de los años.
“Además de la prohibición de que las niñas asistan a la escuela secundaria, basta pensar en todas las doctoras, abogadas y maestras que se han perdido, y que se perderán, para el desarrollo del país”, dijo el alto funcionario de la ONU.
Afirmó que suspender el acceso de las mujeres a la educación terciaria y superior supone una “clara violación” de las obligaciones contraídas por Afganistán en virtud del derecho internacional, y añadió que su derecho a acceder a todos los niveles educativos sin discriminación es “fundamental e incuestionable”.
Discriminación sistemática
Desde agosto de 2021, los talibanes han prohibido a las niñas cursar estudios secundarios, han restringido la libertad de circulación de mujeres y niñas, han excluido a las mujeres de la mayor parte de la población activa y les han prohibido utilizar parques, gimnasios y baños públicos.
Estas restricciones culminan con el confinamiento de las mujeres y niñas afganas a las cuatro paredes de sus hogares, según la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán.
“Impedir que la mitad de la población contribuya de forma significativa a la sociedad y a la economía tendrá un impacto devastador en todo el país”. La organización recordó que estas prácticas expondrán a Afganistán a un mayor aislamiento internacional, penurias económicas y sufrimiento, “lo que repercutirá en millones de personas durante años”.
“La ONU estima que restringir el trabajo de las mujeres puede suponer una pérdida económica de hasta 1000 millones de dólares, o hasta el 5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, pues prohibir el acceso de las mujeres a las universidades, incluidas las maestras y profesoras, contribuirá a pérdidas económicas adicionales”.