¿Cómo la extrema derecha aprovechó un atentado para causar disturbios en Inglaterra?
Un atentado en un evento de Taylor Swift y la desinformación ha causado disturbios y ataques islamófobos por todo el país
Pablo AbundizCuerpos policiacos en toda Inglaterra se preparan para proteger edificios y personal del sistema de asilo migratorio que ha sido acosado por grupos de extrema derecha después que un incidente violento detonara los disturbios más agresivos en toda una década.
El atentado con cuchillo cometido por Axel Rudakubana en un evento de Taylor Swift, en donde murieron tres niñas y otras 10 personas resultaron heridas, encendió protestas islamófobas que derivaron en disturbios en el norte del país .
Tras su arresto, información falsa respecto a su identidad y procedencia circuló en redes sociales, sitios de internet y fue difundida por activistas asociados con la extrema derecha.
Rudakubana fue falsamente identificado como un migrante musulman recién llegado a Inglaterra. En realidad, el adolescente de 17 años que cometió el ataque es originario de Gales y ha vivido en el área de Southport por los últimos nueve años.
Aún así, los rumores sobre su origen llevó a manifestantes en Southport, sospechosos de formar parte de la Liga de Defensa Inglesa, a atacar la mezquita local con piedras y palos.
Con la intención de prevenir más violencia, las autoridades identificaron al atacante, quien ha sido acusado de tres cargos de homicidio y permanece en custodia policial; sin embargo la desinformación circulada y la retórica antiinmigrante e islamófoba de figuras de extrema derecha extendió los disturbios.
Se han presentado protestas y choques con la policía en el norte y sur de Inglaterra, así como en Belfast en Irlanda del Norte. Usualmente, los manifestantes atacan a personas de origen musulman, mezquitas, centros de refugiados o negocios de dueños asiáticos. El pasado domingo cientos de personas asaltaron un hotel que acoge refugiados a las afueras de Birmingham, durante el enfrentamiento con la policía incendiaron botes de basura, rompieron vidrios y lanzaron piedras y ladrillos.
¿Cómo ha reaccionado el gobierno a los disturbios en Inglaterra?
Los cuerpos de seguridad anticipan más de cien eventos en zonas rurales y urbanas de todo el país. En Londres, la Policía Metropolitana, desplegó mil 300 efectivos de fuerzas especiales para salvaguardar la seguridad de firmas de abogados migratorios, centros de apoyo e incluso centros médicos que han cerrado debido a la violencia ejercida en su contra.
El comisionado de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, declaró que protegerán a la población y no dejarán que el sistema migratorio sea intimidado. Por su parte el primer ministro, Keir Starmer, advirtió que quienes participen en lo que qué ha descrito como “barbajanería de extrema derecha” serán castigados con toda la extensión de la ley, considerando incluso aplicar legislación antiterrorista.
A la fecha más de 400 personas han sido arrestadas en pequeñas comunidades y grandes ciudades, y los primeras sentencias han cumplido con las advertencias de las autoridades. En Liverpool, la Corte local, condenó a un hombre de 58 años a tres años de prisión por su involucramiento en los disturbios de la semana pasada en Southport. El fiscal de la corona aseguró que este es solo el inicio de “un doloroso proceso”, pues quienes se involucraron en los eventos serán “enviados a prisión por un largo tiempo”.
¿Qué ha propiciado la violencia en Inglaterra?
La crisis de refugiados en Gran Bretaña se ha convertido en uno de los asuntos centrales de la discusión política del país. Durante las pasadas elecciones los planes para lidiar con la situación dividieron a votantes y candidatos.
El ex primer ministro Rishi Sunak, candidato del Partido Conservador que ha implementado una política de contención migrante en barcos a las costas del país, prometió deportar a los migrantes a un tercer país seguro; propuesta rechazada por el candidato laborista en cuanto llegó al poder.
Grupos de extrema derecha señalan a los migrantes que cruzan el Canal de la Mancha de un aumento en la violencia, aprovecharse de los servicios sociales y con ello provocar la lenta recuperación económica tras el COVID-19.
La retórica que acusa a los migrantes de creencias islámicas de formar parte de la desintegración cultural de Inglaterra ha resonado con aquellos que participaron en las protestas.
Activistas que se describen a sí mismos como “patriotas” acusan a la policía de reprimir con violencia y tratar injustamente a aquellos que se manifiestan. De acuerdo con figuras anti islámicas como Tommy Robinson, las fuerzas del Estado han ignorado los crímenes de migrantes y los actos violentos de personas musulmanas para concentrarse en perseguir a nacionalistas.