Con pancartas, cacerolas, globos y banderas que portan los antiguos colores primarios, los colombianos se sumaron este jueves a las protestas que estallaron en otros países de América Latina desde hace semanas. Miles de personas protagonizaron una de las marchas más numerosas en la capital del país sudamericano contra los lineamientos políticos, económicos, sociales y de seguridad del presidente Iván Duque desde que llegó al poder.
El denominado Paro nacional fue convocado por sindicatos, estudiantes, indígenas y opositores políticos de Duque. El movimiento obrero rechaza las reformas laborales y cambiar el sistema de pensiones, los indígenas exigen protección después del asesinato de 134 integrantes de pueblos originarios durante el gobierno del actual presidente y los estudiantes piden más recursos para la educación pública.
Todos los colectivos también cuestionan las políticas económicas del gobierno, su política de seguridad enfocada en el combate del narcotráfico, el asesinato de decenas de líderes sociales y su intento de modificar el pacto de paz que desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.
En un documento publicado la noche del jueves, el Comité Nacional del Paro asegura que Colombia ganó con la jornada histórica de movilización ciudadana y que más de la mitad de los colombianos en más de 500 municipios participaron en las marchas.
“Esta amplísima expresión de inconformidad y rebeldía desarrollada de forma pacífica, tendrá que asimilarla el gobierno nacional”, cita el texto firmado por los sindicatos y agrupaciones que organizaron la jornada de protestas.
El Comité Nacional del Paro también solicita de manera inmediata una reunión con el presidente para que debata las razones de las protestas. De acuerdo con el comunicado, las motivaciones para salir a las calles son el paquete de medidas “regresivas en materia económica, social, laboral y ambiental”.
“Nos declaramos en estado de alerta frente a esta reunión y llamamos a toda la ciudadanía a desarrollar nuevas acciones en la calle si el gobierno nacional mantiene la desatención a los reclamos y anuncia y prepara sus regresivas reformas”, concluye el documento.
La ministra del Interior colombiana, Nancy Patricia Gutiérrez, estimó que cerca de 207 mil personas se manifestaron en todo el país en el “pico más alto” de la jornada.
Gutiérrez aseguró que en términos generales los participantes marcharon de forma pacífica, aunque reportó enfrentamientos entre personas encapuchadas y fuerzas armadas en Bogotá, Manizales, Santa Marta y Cali. Estos actos represivos dejaron 28 policías y siete civiles heridos.
Por otra parte, la alcaldía de Cali decretó toque de queda desde las 19 horas del jueves hasta las 6 del viernes por saqueos y hechos violentos, en los que resultaron lesionados 23 uniformados y dos manifestantes del total nacional.
En Bogotá, los policías antidisturbios se enfrentaron con estudiantes, que pretendían llegar al aeropuerto internacional, y con encapuchados en la Plaza de Bolívar.
En Medellín, uno de los lugares con más asistencia, el excomandante de las FARC, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’, pidió al presidente que escuche las reivindicaciones.
También en México protestan contra Duque
Colombianos en todas partes del mundo también protestaron este jueves en rechazo del gobierno de Duque. El paro de este 21 de noviembre convocó a cientos de personas que se congregaron o marcharon en Brasil, Australia, Francia, Suiza y México.
Mediante un comunicado, organizaciones y colectivos de colombianos en México hicieron “un llamado de alerta internacional para estar atentos a los sucesos de vulneración de derechos y de movilización social que el gobierno del presidente Iván Duque impone hoy en Colombia”.
“No se puede invocar derechos para pasar por encima de los derechos de los demás”, dijo temprano, en referencia a posibles actos violentos y bloqueos del transporte.
Antes de la protesta social, el gobierno cerró las fronteras del país y desplegó militares en algunas ciudades apelando a mantener el orden público. También expulsó a 24 venezolanos acusados de querer infiltrarse en las marchas y la policía realizó allanamientos en centros culturales y medios de comunicación.
Los colombianos decidieron protestar en un contexto en el que Duque no tiene mayoría en el Congreso y cuenta con un nivel de desaprobación del 69 por ciento, de acuerdo con varias encuestas.
Los resultados de la más reciente encuesta Gallup Poll, de octubre de 2019, muestran que la desaprobación del presidente aumentó cinco puntos respecto a agosto pasado y siete en comparación con junio.
De esta manera, el primer mandatario llega a los niveles de desaprobación más altos desde que inició su gobierno, el 7 de agosto de 2018. En ese momento, el rechazo era del 37 por ciento.
La encuesta también entregó información sobre el estado de ánimo de los colombianos. El 70 por ciento considera que “las cosas en Colombia” están empeorando con el nuevo gobierno.