Clases virtuales: Nueva realidad educativa

La pandemia impulsó la transformación del modelo educativo, sin embargo el desafío es que con la digitalización los sistemas escolares sean equitativos y logren romper la brecha que se crea con la falta de conectividad
Mara Echeverría Mara Echeverría Publicado el
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Mariana es una niña de ocho años de edad que cursa el tercer año de primaria. Con la pandemia, dejó de asistir a la escuela para mudar el salón de clases a la sala de su casa, desde donde toma clases virtuales y ha aprendido nuevas formas de comunicarse con sus compañeros.

Para la pequeña las clases virtuales han resultado atractivas porque la institución a la que asiste y la profesora comparte con el grupo actividades que promueven la interacción con el fin de no perder la atención del grupo, cuenta la madre de Mariana.

El reto con el confinamiento se ha centrado en trasladar las aulas físicas a los salones digitales, adecuar los planes de estudio y hasta innovar en la interacción de los estudiantes, con los profesores y las instituciones.

Si bien la respuesta de algunas instituciones y ministerios de educación a la emergencia ha sido acertada, también ha obligado al mundo a adaptarse a las innovaciones fomentando el aprendizaje asistido por las tecnologías, además de la definición de los programas en materia de política e investigaciones para impulsar estos desarrollos.

Para hacer frente a la transformación de la educación es necesario impulsar el desarrollo de soluciones de aprendizaje a distancia que sean más inclusivas

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), esta es la transformación más grande que se ha experimentado en el ámbito de la educación, no obstante, aún es necesario que el desarrollo de soluciones de aprendizaje a distancia sean más inclusivas.

El organismo internacional advierte que entre los retos que hay que abordar están la reincorporación de cerca de mil 600 millones de estudiantes que tuvieron que abandonar la escuela por no contar con herramientas para dar seguimiento a sus estudios, como consecuencia de la brecha digital.

“La tecnología y el acceso a internet son elementos indispensables para construir sistemas más resilientes, flexibles y abiertos. Se tiene que definir cómo utilizar la tecnología para hacer frente de manera inclusiva y equitativa al desafío y para ello debemos evaluar ahora lo que no funcionó”, dijo Stefania Giannini, subdirectora general de Educación de la Unesco, durante el foro “El aprendizaje digital durante la pandemia de COVID-19”.

La academia y los gobiernos han avanzado en trasladar el ámbito académico al terreno de las plataformas multimedia y aunque los alcances en los últimos meses han sido importantes, aún quedan muchas brechas por cerrar, entre ellas, la conectividad.

En el mundo, los países más pobres con menor conectividad se ubican en el continente africano, sin embargo, la falta de acceso a internet y otras herramientas digitales en lugar de permitir avances en el desarrollo educativo, se convirtieron en una brecha que se amplió con la pandemia.

Esta falta de acceso a la educación remota también tiene un impacto para las niñas y 11 millones de ellas podrían no volver a las aulas una vez que se aminoren los riesgos de la pandemia, por lo cual también será necesario que en estas nuevas oportunidades para el desarrollo de la educación se considere reducir esta cifra de deserción.

“La brecha digital es uno de los elementos que más marcó la crisis del COVID-19. Nuestro objetivo es construir la fase de recuperación. El COVID-19 aceleró el proceso ya comenzado de transformación de la educación.

Por otra parte, la aceleración de esta transformación significa también una oportunidad para repensar el futuro de la educación y construir un sistema inclusivo para los alumnos de todo el mundo”, comentó Barbara Holzapfel, vicepresidenta de Microsoft Education, en el foro.

Clases virtuales, alfabetización digital

Digitalizar la educación va más allá de las clases virtuales y la introducción de herramientas tecnológicas en las aulas de clases. Para mantener un dinamismo en el desarrollo de estas habilidades es importante mejorar la alfabetización digital.

Con esto se daría apoyo para que profesores, estudiantes y escuelas abracen la digitalización y eso, a su vez, permita reducir la brecha educativa en el mundo. Para lograrlo, uno de los caminos es poner a los profesores al centro de la innovación e impulsar sus conocimientos pedagógicos y digitales.

Al respecto, en el análisis “Elearning and digital education”, el portal Statista refiere que hasta hace poco tiempo las clases digitales estaban restringidas a conferencias, y ahora tanto alumnos como mentores pueden hacer uso de dispositivos atractivos como los libros de texto digitales.

En este sentido, la consultora alemana declara que el 92 por ciento de los estudiantes están interesados en el uso de diferentes dispositivos en el proceso de aprendizaje, mientras que los materiales de aprendizaje digital más comunes son los videos educativos en línea, aplicaciones o software educativos e interactivos, así como sitios web de investigación.

Los primeros pasos ya se dieron y en el futuro los esfuerzos deben orientarse en que estas herramientas digitales y la alfabetización digital sea equitativa y sea de fácil acceso para los menores de edad de los países más pobres, en donde ya existe un rezago en educación.

Aunque la capacidad de los docentes para impartir cursos en línea demostró ser mejor de lo previsto, pero el aprendizaje a distancia no podrá nunca reemplazar totalmente los cursos presenciales. Las escuelas son mucho más que lugares de aprendizaje. Son la garantía de la sociabilidad, la seguridad y el bienestar de los niños y jóvenes
Li AnderssonMinistra de Educación de Finlandia

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