Chávez no se va

En los últimos días, los medios han enfocado su atención en la disputa entre el actual mandatario Nicolás Maduro y las hijas del difunto presidente Hugo Chávez, porque ellas no abandonan la Residencia Presidencial La Casona. 

Sin embargo, este conflicto refleja una realidad que vive el país desde que el comandante se fue a Cuba y falleció. Está ausente de cuerpo, pero jamás se ha ido de Venezuela.

Andrea B. Assunto Andrea B. Assunto Publicado el
Comparte esta nota
"La difícil situación que vive Venezuela es la consecuencia de años de destrucción del aparato productivo nacional. Es la secuela de una visión errada de la economía"
Pablo PérezPolítico venezolano

En los últimos días, los medios han enfocado su atención en la disputa entre el actual mandatario Nicolás Maduro y las hijas del difunto presidente Hugo Chávez, porque ellas no abandonan la Residencia Presidencial La Casona. 

Sin embargo, este conflicto refleja una realidad que vive el país desde que el comandante se fue a Cuba y falleció. Está ausente de cuerpo, pero jamás se ha ido de Venezuela.

Así como se dice que Maduro no puede dejar ir de su casa a las hijas de su antecesor, porque podrían salir a la luz algunos secretos de Estado, lo que crearía una grieta en el chavismo, asimismo el país vive una incertidumbre que ni el mismo presidente ha logrado solucionar. 

Desde que llegó al poder, Nicolás Maduro no ha cesado de imitar a Chávez, incluso durante su candidatura para la presidencia presentó el lema: “Chávez, lo juro, yo voto por Maduro”. 

El problema: Maduro no es Chávez. “Su carisma no es comparable. Su capacidad para convencer a las masas de que acepten sacrificios y posterguen gratificaciones bajo la promesa de que les resolverá la vida en un futuro (incierto) es muy baja. Su conexión con la población independiente es débil. Su mensaje no tiene la fuerza ni la potencia del líder original. Su capacidad para integrar a los diferentes grupos de poder e intereses, que conforman el chavismo se limita a la necesidad que tienen todos ellos de unirse, para defenderse de una fuerza opositora que súbitamente representa un peligro para todos”, dijo el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, en El Universal, el 12 de mayo pasado. 

“Su inexperiencia de gobierno es notoria y la necesidad de cogobernar hace más difícil la articulación del Gobierno para empezar a dar respuestas concretas a las infinitas demandas que tiene la población y el sector productivo, y éstos comienzan a ponerse nerviosos. Su intento de copiar la estrategia de ‘carrito chocón’ que usó Chávez en algunas oportunidades para las relaciones internacionales no le ha lucido a Maduro ‘ni un poquito’ y le ha puesto en situaciones embarazosas de estira y encoge que le restan peso específico para convertirse en un líder internacional. Nadie puede ni imaginar a Maduro como el sustituto de Chávez en el liderazgo mundial de la lucha antiunipolaridad”, agregó el analista. 

Y esto, sin querer, ha afectado al chavismo, lo ha perjudicado de tal manera que al presidente venezolano se le está saliendo la situación de las manos. Incluso, dentro de las líneas de los mismos revolucionarios socialistas. 

“El problema aquí es que Maduro, en su empeño continuista, no ha logrado sino convertirse en una parodia, tanto porque carece de la iniciativa o capacidad intelectual para ser portador de las ideas o dichos del fallecido, como porque en realidad las tales ideas no existen. No hay un corpus reconocible de ideas o conceptos que Chávez haya dejado”, aseguró Colette Capriles, filósofa y psicóloga social, el 12 de octubre pasado. 

A punto de explotar

Hiperinflación, hiperdevaluacion, escasez de alimentos, medicamentos e insumos, reducción de jornada laboral, limitada venta de pasajes e inseguridad son algunas de las fichas que tiene Venezuela en la bomba de la crisis, a punto de explotar. 

Todos habían sido problemas que Hugo Chávez manejaba con gracia, ahora Nicolás Maduro tiene frente a sus ojos a un país en ruinas que no sabe cómo recuperar. 

“La difícil situación que vive Venezuela es la consecuencia de años de destrucción del aparato productivo nacional. Es la secuela de una visión errada de la economía. Es la metástasis de un modelo que se agotó y fracasó”, publicó el político Pablo Pérez en El Nacional, el pasado 6 de febrero. 

“Y producto de ese ‘alegre’ manejo de las finanzas públicas, hoy el gobierno vive momentos de vacas muy flacas, porque los ingresos no son suficientes para cubrir sus elevados gastos internos y externos”, agregó. 

El Gobierno actual no ha sabido controlar los problemas, no ha podido si quiera desalojar a las hijas de Chávez de La Casona, porque la realidad es que lo que mantiene vivo al poder actual es el chavismo. 

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil