Este año, el escenario político en Alemania tuvo un revés. El partido que lideró al país de la mano de la canciller Angela Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), descendió de la cima y está en espera de volver al poder.
Sin embargo, ese regreso tendrá que esperar al menos hasta el término del nuevo gobierno, el cual liderará el Partido Socialdemócrata (SPD), al mando de Olaf Scholz, en coalición con Los Verdes y los liberales.
La baja de la CDU fue un hecho desde septiembre pasado, cuando tras las elecciones generales obtuvo 18.9 por ciento de los votos y 152 escaños en el Parlamento, siendo ése su peor resultado desde 2005 cuando Merkel comenzó su liderazgo.
Respecto a esta posición, medios locales han situado a la CDU en medio de su caída electoral más grande, sobre todo porque por primera vez desde hace 16 años se presentó en las boletas con una nueva imagen, la de Armin Laschet, quien relevó a la canciller desde enero pasado luego de asegurar que no se volvería a postular.
Ante estos resultados, es la doctora Marta Ochman, especialista en política europea y académica del Tecnológico de Monterrey, quien opina que cuando un partido que estuvo por tanto tiempo en el poder pierde votos, como fue en este caso, se debe a que entre electores hay una especie de cansancio.
“Esto sucede sobre todo en los sistemas como el alemán, donde están acostumbrados a que el poder se lo turnen entre centro derecha y centro izquierda”, señala.
En ese sentido, para volver a posicionarse, la doctora comparte que una opción viable para la CDU son las elecciones locales, a través de las cuales el partido se puede fortalecer si sus representantes ganan la mayoría de los votos en sus respectivas comunidades.
Pero, independientemente de que eso le dé un impulso significativo al grupo político, tal vez no sea suficiente para ganar la mayoría de los escaños en las siguientes contiendas generales de 2025.
“Quizás en ocho años tiene todas las posibilidades de ganar, pues es más fácil para un partido (impulsarse) si está en la oposición, porque, aunque las medidas populares fortalecen al partido gobernante, también hay costos en decisiones que se deben tomar, como la necesidad de modernizar al país e incluso temas como la exportación”, menciona Ochman.
Desde esa perspectiva, se espera que los miembros de la CDU enfoquen su atención en las próximas jornadas locales, a fin de no perder por completo la confianza y el respaldo de sus electores, afianzadas principalmente por su exrepresentante, la aún canciller Angela Merkel.
CDU, ¿en busca de un nuevo líder?
Desde que se dieron a conocer los resultados de las elecciones federales, una de las noticias que más se esperaban era la dimisión de Armin Laschet, pues en sistemas como el alemán es costumbre que, al perder las contiendas, el representante de un grupo político se aparte de su cargo para darle paso a un nuevo mandato.
Y aunque hasta ahora Laschet ha dejado en claro que está dispuesto a dimitir, por el momento no se ha oficializado nada, a menos de que el partido opte por una mejor alternativa.
Una de ellas, es esperar por lo menos dos años para cambiar de líder, y sólo así con el o la nueva representante se le dé continuidad al impulso del partido desde la oposición.
“Por ahora no veo un candidato dramáticamente mejor que Laschet, y no me parece que su cambio sea una cuestión urgente o determinante. Creo que más bien deberían aprovechar este tiempo para darle una oportunidad a los líderes locales y regionales para que demuestren su capacidad de gobierno y entonces pensar dentro de dos años en renovar el liderazgo”, dice la doctora Ochman.
Además, asegura que, en caso de relevar a Armin Laschet en el corto plazo, es poco probable que ese nuevo político sea quien represente al partido en 2025, pues podría surgir otro cambio al interior del grupo con el único propósito de seguir mejorándolo.
Por otro lado, independientemente de que el periodo de Laschet termine o no, la imagen del político no se vería perjudicada, ya que sólo lideró a su partido por un par de meses, por lo que no podrían adjudicarle ninguna consecuencia negativa.
“La cuestión es que Laschet es un líder muy reciente, su liderazgo se dio cuando Merkel declaró que ya no iba a participar en las elecciones como candidata, así que no se puede decir que fracasó como presidente (de la CDU), pero tal vez sí como candidato y por ello algunos piden que renuncie.
“En ese sentido, sería importante que esta cuestión no divida al partido, porque si sigue así será más difícil recuperar la confianza que tenían de los electores”, opina Marta Ochman.