El clima político de Uruguay se ha caracterizado en los últimos años por no trastocar de fondo el nivel de institucionalidad democrática. Foto: Especial

¿Quiénes son los candidatos a la presidencia en Uruguay?

El país sudamericano con mejores indicadores macroeconómicos enfrenta  dos opciones contrarias pero moderadas en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que podrían marcar el regreso de la izquierda uruguaya

Con más de dos millones de votos y sin que ningún candidato obtuviera más del 50 por ciento de los votos, Uruguay se dirige a la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales.

Mientras que Yamandú Orsi es profesor de historia y candidato por la izquierda del expresidente José “Pepe” Mujica, Álvaro Delgado es veterinario y representa a la centro derecha del gobierno en turno.

En una región donde los extremos suelen sucederse en el poder y los proyectos políticos de un bando ideológico son deshechos en cuanto cambia la administración, la doctora Claudia Edith Serrano, latinoamericanista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, comparte la fortaleza de los proyectos institucionales uruguayos.

“El clima político de Uruguay se ha caracterizado en los últimos años por no trastocar de fondo el nivel de institucionalidad democrática que se ha alcanzado. Esto también se debe a que sus indicadores macroeconómicos tienen cierto nivel de estabilidad y la presencia de antagonismos políticos no son tan marcados como en otros países. Aunque estos proyectos tengan matices, hay un común acuerdo de mantener la continuidad y no vulnerar los indicadores macroeconómicos”, anota la especialista.

Los candidatos que llegaron a la segunda ronda de las elecciones son ejemplo tanto de los matices que tiene la política uruguaya como del acuerdo por una continuidad en pro de los beneficios de un país que, como señala la doctora Serrano, pese a su poca extensión no está exenta de complejidades.

Con más de un millón de votos a su favor, Orsi se yergue como la opción más votada durante la primera ronda de elecciones y como la fuerza política con más crecimiento en el país.

Conocido como “el heredero de Pepe Mujica”, Orsi aprovechó el deseo de los ciudadanos de contar con un Estado de bienestar en uno de los países más costosos del cono sur para obtener el 45.4 por ciento de los votos en la primera ronda.

Nacido en una región rural de Uruguay donde los servicios escaseaban, Orsi comenzó su militancia en el Movimiento de Participación Popular de Mujica en 1989, tras el fin de la Dictadura, y su magisterio en 1991 en el departamento de Canelones, su lugar natal. Ahí, en la principal reserva alimenticia del país, el ahora puntero en las elecciones nacionales inició su carrera política, primero como secretario y luego como intendente del departamento, cargo al que renunció para contender en las primarias de su partido.

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, mantiene una popularidad del 50 por ciento entre sus gobernados. Foto: Especial

Las diferentes propuestas entre Orsi y Delgado

Diálogo, crecimiento económico y estabilidad, protección social, seguridad y transparencia son los cinco pilares que el candidato de izquierda ostentó durante la campaña, y que se contienen en 48 propuestas.

Acorde a la línea moderada que ha caracterizado la política del país, algunas de las propuestas de Orsi resaltan por encontrar un balance entre la búsqueda de inversión y una reforma tributaria con la cual pagar por las medidas sociales que lo llevaron a la segunda ronda, como proyectos de vivienda colectiva o las becas estudiantiles.

Por su parte, Álvaro Delgado plantea continuar con las medidas económicas de su predecesor, con las cuales el crecimiento llegó a un mínimo de 0.4 por ciento en 2023, debido a la baja de exportaciones provocadas por el mal clima, y se espera que se recupere al 3.2 por ciento, de acuerdo con el Banco Mundial.

Como parte de la continuidad, Delgado, quien fuera secretario del presidente Luis Lacalle Pou, ha prometido avanzar en la competitividad de Uruguay que comenzó su predecesor y lograr una meta inflacionaria del tres por ciento. El año pasado la inflación anual alcanzó el 5.9 por ciento.

Las propuestas de Delgado, antitéticas a las de Orsi, muestran las diferencias en las posturas de los dos candidatos. Mientras que el centro-derechista propone consolidar agencias estatales para lograr un Estado más eficiente y una economía impulsada por las inversiones tecnológicas, Orsi pugna por un Estado más cercano a la población.

La doctora Serrano apunta que de cara a las votaciones finales, los candidatos tienen la oportunidad de enfatizar sus diferencias con la intención de atender a la población que en los últimos años no se ha visto representada por un gobierno que, con excusa de buenos resultados macro, los ha desatendido.

“Los dos candidatos van a tener una labor titánica en estos días porque van tener que ser precisos en las diferencias de sus proyectos políticos para permear con las poblaciones que se sienten lejanos a la representatividad política.

“La tarea de Álvaro Delgado no es solo volver a presentar el proyecto político, sino reconocer los desaciertos que tuvo Lacalle porque parece que sigue a la sombra del presidente y eso lo afecta, porque si bien formó parte de su gobierno eso no lo exime de presentar críticas”, señala la académica

Evaluación de la presidencia de Luis Lacalle

Tras 15 años de gobiernos de izquierda, Luis Lacalle representó un cambio de paradigma para una nación acostumbrada al progresismo.

Pese a que en los cinco años de gobierno de Lacalle su gobierno ha mantenido un crecimiento económico mayor al promedio de la región y Uruguay se mantiene como el país con mejores salarios y mayor porcentaje de personas clase media en la zona, el alto costo de vida y un aumento en la violencia del crimen organizado han sido lastres que pueden afectar el desempeño de Delgado en el balotaje.

“En términos de los indicadores macroeconómicos, Uruguay está evaluado como uno de los países que más han podido avanzar en el índice de desarrollo humano. También ha tenido acercamientos comerciales bastante significativos que han podido articular una diversificación comercial; esto se considera favorable para el PIB, pero cuando vemos cómo se está distribuyendo la riqueza es que observamos el distanciamiento de ciertos sectores de la población. La pobreza, por ejemplo, es un indicador que el libre comercio como tal no ha logrado resolver de fondo, tendría que venir un programa de apoyo para poder garantizar la redistribución del ingreso”, finaliza la doctora Serrano

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