La carrera por la presidencia de Brasil tiene su primera ronda este domingo. Los electores del país sudamericano asistirán este fin de semana a las urnas para elegir a su nuevo mandatario. Sus opciones son una serie de candidatos con propuestas de gobierno e ideologías muy distintas.
Los resultados de los comicios son difíciles de predecir. Las encuestas y las calles de Brasil muestran preferencias opuestas. Jair Bolsonaro, el candidato ultraderechista a la presidencia del gigante latinoamericano, tiene un 31 por ciento de intención de voto, de acuerdo con el último sondeo de la empresa Ibope, sin embargo, el sábado pasado hubo manifestaciones masivas en su contra a lo largo y ancho del país.
Los brasileños organizaron más de 30 marchas contra Bolsonaro
El rechazo a Bolsonaro es el mayor fenómeno político de estas elecciones después de la candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva desde la cárcel. El fin de semana anterior, los brasileños realizaron más de 30 marchas por el país para repudiar su candidatura por sus declaraciones misóginas y homofóbicas.
Bolsonaro, un militar que llegó al grado de capitán en el ejército, subió en las encuestas a partir del 6 de septiembre, fecha en la que un hombre le dio una puñalada en el abdomen durante un acto electoral. Desde entonces, el candidato permanece en un hospital, no obstante, continúa su campaña por redes sociales.
Ante este nuevo discurso de presunta reconciliación entre los brasileños, los electores que están indignados ante su candidatura no permiten que el resto de ciudadanos olviden las declaraciones polémicas de Bolsonaro.
“Yo a usted no la violaría porque no se lo merece. La dictadura debería haber matado a 30 mil personas Las elecciones presidenciales del gigante latinoamericano se realizarán este domingo. Jair Bolsonaro y Fernando Haddad son los candidatos que tienen más posibilidades de ganar los comicios y representan ideologías contrarias más, comenzando por el Congreso y el presidente Fernando Henrique Cardoso. Sería incapaz de amar a un hijo homosexual, prefiero que muera en un accidente de coche. Un policía que no mata no es policía”, son algunas de las frases que dijo el candidato durante sus últimos años como funcionario público.
El heredero de Lula
Detrás del político de derecha, está Fernando Haddad, sucesor de Lula da Silva en la candidatura del Partido de los Trabajadores (PT), quien cuenta con un 21 por ciento de intención de voto. El profesor de ciencia política heredó en el último momento la candidatura del PT y buena parte de los votos del expresidente, quien se encuentra en la cárcel por un caso de corrupción y, por lo tanto, incapacitado para aspirar a la presidencia.
A diferencia de Lula da Silva, Haddad tiene una fuerte formación académica. Es egresado de una maestría en economía y un doctorado en filosofía por la Universidad de São Paulo.
Bolsonaro y Haddad son los aspirantes que tienen más posibilidades de ganar las elecciones del domingo. Uno representa a los brasileños que se identifican con ideas de derecha y el otro a quienes apoyan a Lula da Silva.
Por otra parte, el candidato de centroizquierda Ciro Gomes, quien ya fue ministro del expresidente Lula da Silva, aparece estancado en el tercer puesto de la carrera electoral con un 11 por ciento de los apoyos.
Desde el inicio de su campaña, Gomes confió en conseguir una parte de los votos que iban dirigidos a Lula, quien tenía alrededor de un 40 por ciento de apoyos antes de ser impedido de participar en la carrera, no obstante, esos sufragios le fueron arrebatados por Haddad.
Además, el candidato de centroizquierda considera que las empresas de encuestas están publicando información falsa.
“¿Será que los institutos de encuestas están inmunes a esa corrupción que se ha generalizado en el país? Pongámonos a pensar un poco”, dijo Gomes durante una visita a una fábrica de la General Motors, en el interior de São Paulo.
Geraldo Alckmin, exgobernador conservador de São Paulo, está en el cuarto puesto en las encuestas y no llega ni al 10 por ciento de la intención de voto. Este candidato disputa por segunda vez unas elecciones presidenciales en Brasil con la bandera de las reformas económicas, el aval del mercado y el apoyo de una decena de partidos de centro que no le ha servido para estar entre los favoritos.
La candidata que se encuentra en el quinto lugar es Marina Silva con 4 por ciento de la intención de voto. La política ecologista sabe que tiene muy pocas posibilidades de ganar las elecciones y es por eso que invita a los brasileños a no votar por los aspirantes o partidos que tienen historial de violencia o corrupción.
“La prioridad para el país es recuperar la credibilidad eligiendo a un presidente que no se rija ni por la violencia ni por la espada de la corrupción”, afirmó Silva este miércoles.
Si un candidato no cumple con el umbral del 50 por ciento, se realizará una segunda ronda de votación el 28 de octubre. En la segunda ronda, sólo pueden participar los dos candidatos más votados de la primera ronda.