La policía brasileña inició ayer una operación para desarticular un “grupo de exterminio” formado por policías y agentes penitenciarios que podría haber matado hasta 100 personas en varias ciudades del estado norteño de Rondonia, informaron las autoridades.
Alrededor de 250 agentes intentan cumplir 35 órdenes de busca y captura y 14 de prisión, la mayoría contra funcionarios de órganos de seguridad pública que integrarían el llamado “grupo de exterminio”.
Los agentes supuestamente implicados en la organización comenzaron a realizar asesinatos “como una forma de justicia privada, de la cual eran víctimas pequeños infractores locales”, según informes de la Policía Federal mediante un comunicado.
Después, los asesinatos se empezaron a suceder de forma rápida y por motivos que iban desde el cobro de deudas, hasta por encargo (asesinos a sueldo).
Los investigadores detectaron que todos los crímenes seguían “el mismo ritual (patrón)” y siempre los llevaban a cabo dos hombres que iban en una moto negra.
La policía confirmó que al menos 10 muertes fueron realizadas por el “grupo de exterminio”, pero investigan otros 100 asesinatos que podrían ser atribuidos a la banda.
