Los cañonazos de las fuerzas rusas golpearon varias zonas del este y el sur de Ucrania durante la madrugada del domingo, mientras los equipos de servicios públicos seguían luchando por restablecer la electricidad, el agua y la calefacción tras los ataques generalizados de las últimas semanas, informaron las autoridades.
Con nevadas persistentes sobre la capital, Kiev, los analistas pronosticaron el domingo que el clima invernal podría tener un impacto cada vez mayor en el conflicto desatado desde que las fuerzas rusas invadieron Ucrania hace más de nueve meses.
Por el momento, ambos bandos estaban empantanados por las lluvias fuertes y las condiciones fangosas del campo de batalla en algunas zonas, agregaron los expertos.
Después de un aluvión de ataques de la artillería rusa en al menos dos ocasiones durante las últimas dos semanas, se desplegaron cuadrillas de trabajadores para restaurar los servicios básicos. Muchos ucranianos lidiaron con apenas unas pocas horas de electricidad por día, cuando la hay.
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La empresa estatal Ukrenergo, que opera la red eléctrica, informó el domingo que los generadores de electricidad ahora están abasteciendo alrededor del 80% de la demanda. Eso es arriba del 75% del sábado, agregó la compañía.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos que ha estado monitoreando de cerca los acontecimientos en Ucrania, confirmó que ambos lados han reportado que las lluvias fuertes y el lodo les han afectado, pero que se esperan heladas más fuertes a lo largo de las líneas del frente en los próximos días.
“No está claro si alguna de las partes está planeando o preparándose activamente para reanudar operaciones ofensivas o contraofensivas importantes en ese momento, pero los factores meteorológicos que han estado obstaculizando tales operaciones comenzarán a desaparecer”, informó en una nota publicada el sábado.
El instituto dijo que las fuerzas rusas estaban alejándose más al este de la ciudad de Jersón, de donde fueron expulsadas por las fuerzas ucranianas hace más de dos semanas, y que continuaban con el “fuego de artillería de rutina” a través del río Dnipro.
En la región oriental de Donetsk, murieron cinco personas en los cañoneos del último día, según el gobernador Pavlo Kyrylenko. Los líderes regionales informaron de bombardeos durante la noche en las regiones de Zaporiyia y Dnipropetrovsk al oeste.