Un hospital especializado en pediatría, apoyado por el grupo Médicos Sin Fronteras, en una provincia del norte de Siria, fue destruido en una serie de bombardeos realizados durante el fin de semana.
En la agresión perpetrada el sábado murieron 13 personas, incluidos cuatro miembros del personal y cinco niños, dijo la organización médica caritativa internacional.
MSF señaló que dos de cuatro bombardeos dieron directamente en el hospital de Millis, en la provincia de Idlib, sacándolo de servicio.
La organización detalló que seis miembros del personal del nosocomio resultaron heridos en los ataques realizados el sábado, en el que también destruyeron el quirófano, la unidad de cuidado intensivo, el departamento pediátrico, ambulancias y un generador.
MSF señaló que el ataque al hospital deja sin servicio médico esencial a 70 mil residentes en Millis y áreas circunvecinas. El hospital recibía al día alrededor de 250 pacientes, muchos de ellos mujeres y niños.
“El bombardeo directo a otro hospital en Siria es una atrocidad”, dijo Silvia Dallatomasina, administradora de operaciones médicas de MSF en el noroeste de Siria. Hizo un llamado al cese inmediato de ataques a hospitales, señalando que cuatro de cinco miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas están participando en la guerra en Siria.
Los hospitales, mayormente en áreas controladas por rebeldes, son blanco constante de ataques, señala la agencia AP.