Desde su llegada a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden ha enfatizado su compromiso por trabajar en favor de la seguridad de su país, un reto que busca cumplir incluso si de eso depende debilitar sus relaciones bilaterales.
El pasado 15 de abril, el gobierno del líder demócrata anunció de manera oficial que implementará diversas sanciones contra Rusia para hacer frente a una amenaza contra la seguridad nacional, la política exterior y la economía de su país.
“La administración de Biden ha dejado en claro que Estados Unidos desea una relación con Rusia que sea estable y predecible (…) Sin embargo, también hemos afirmado, en público y en privado, que defenderemos nuestros intereses nacionales e impondremos costos por las acciones del gobierno ruso que busquen dañarnos”, destacó la Casa Blanca en un oficio.
Bajo esa línea, se informó que el Departamento del Tesoro estadounidense sancionará, en asociación con la Unión Europea, Reino Unido, Australia y Canadá, a ocho personas y entidades asociadas a la actual ocupación y represión de Rusia en Crimea.
Asimismo, Estados Unidos condenará a 32 entidades e individuos que hayan llevado a cabo intentos dirigidos por el gobierno ruso para influir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020 y otros actos de desinformación e interferencia.
Además, las represalias irán dirigidas a Rusia por el papel que jugó Moscú en los ataques de los talibanes contra el personal estadounidense en Afganistán, y porque el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) interrumpió más de 16 mil sistemas informáticos en todo el mundo.
Antes de que se dieran a conocer estas represalias, fue el propio Joe Biden quien habló de ellas con su homólogo ruso el pasado 13 de abril, dejando las puertas abiertas para llevar a cabo una reunión bilateral en un futuro y discutir los problemas que hay entre sus estados.
Ante las declaraciones anticipadas de Biden, Dámaso Morales Ramírez, maestro en Relaciones Internacionales y presidente de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI), comparte que esa acción se dio para hacerle ver a Putin los puntos que son de preocupación para Biden y para su país.
Reposicionar a Estados Unidos
Antes de la llegada de la administración de Joe Biden a la Casa Blanca, el gobierno de Donald Trump mantenía ya una relación a base de sanciones con Rusia que, aunque de algún modo era estable, dejaba a Estados Unidos cada vez más debilitado debido al mal manejo internacional de su mandatario.
En ese sentido, de acuerdo con el maestro Morales Ramírez, las intenciones que actualmente está teniendo el presidente Biden contra países fuertes como Rusia son también para reforzar la autoridad moral que Estados Unidos tenía ante el mundo, y que había perdido en los últimos años.
“En esta lógica es que nosotros tenemos que entender estas sanciones de Biden a Rusia (…) Biden lo que está haciendo en este momento es reforzar la autoridad moral que tiene Estados Unidos en el mundo y en este reforzamiento decirle a países como China o la propia Rusia cuál es la posición de su país”, declara.
Para él, estas represalias sólo hacen ver que Biden no se echa para atrás cuando toma sus decisiones, y que está hablando en serio cuando busca recuperar el lugar que su país tenía anteriormente en el escenario internacional.
Ante estas sanciones y el papel que ha protagonizado Joe Biden, se espera que el presidente Putin responda de la misma manera, demostrando qué nivel de liderazgo tiene su país en el mundo.
“Washington debe entender que tendrá que pagar el precio del deterioro de las relaciones bilaterales. La responsabilidad de lo que está sucediendo recae enteramente en Estados Unidos”, señaló al respecto Maria Zajárova, portavoz de la diplomacia rusa.
Esta declaración se dio aún cuando Estados Unidos destacó que seguirá imponiendo costos de manera estratégica y “económicamente impactante” si Rusia continúa o intensifica sus acciones internacionales “desetabilizadoras”.
Finalmente, para el también catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Dámaso Morales Ramírez, aunque estas sanciones son parte de los dimes y diretes de la política internacional entre dos potencias, sus mecanismos también funcionan para reforzar su lugar en sus propios países.
“Es la manera de ir definiendo las áreas de influencia, de ir definiendo los intereses de cada país”, agrega el académico.