Los argentinos están atrapados entre la furia de la naturaleza y la de la sociedad.
Tras el linchamiento público de más de 10 ladrones y una escalada de violencia, el Gobierno Buenos Aires declaró esta semana la provincia en estado de emergencia.
La declaratoria consiste en un plan con más de 20 medidas que incluye, entre otras, el reincorporar a más de 2 mil 500 policías retirados con el fin ulterior de tener hasta 100 mil elementos de seguridad para el 2015, informó el diario argentino La Nación.
“El gobernador Daniel Scioli ha reconocido que se viven ‘horas dramáticas’ en la provincia y que hay ‘mucha sangre derramada y mucha violencia’”, reportó el medio.
Argentina tiene la tasa más baja de homicidios de América Latina, con solo 5.5 por cada 100 mil habitantes, pero es líder en robo a mano armada, pues hay 973 asaltos por cada 100 mil personas, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
El hartazgo de los bonaerenses se agudizó en las últimas semanas, cuando lincharon a más de 10 ladrones e incluso mataron a uno de ellos.
Una encuesta del periódico Clarín reveló que 84 por ciento de los habitantes de Buenos Aires creen que los robos se han disparado.
Inundaciones históricas
Mientras en la capital sufren la “ola” de robos, en las provincias del interior viven los estragos de las lluvias más fuertes en cuatro decádas.
En seis provincias hay más de 2 mil 700 evacuados, al menos tres muertos y decenas de caminos bloqueados y pueblos sin servicios.
Nuequén es la región más afectada con más mil 300 evacuados y 200 milímetros de lluvia.
“Las intensas lluvias y ráfagas de viento que azotan desde la semana pasada distintos puntos del país no dan tregua”, informó el diario Página/12.
