La amenaza sigue ahí

A justo un año de los ataques en Bruselas, capital de Bélgica y sede de las oficinas centrales de la Unión Europea, un nuevo atentado terrorista perpetrado en Londres, capital del Reino Unido, sacude Europa y enciende las alertas.

Un atacante terrorista arrolló a bordo de un vehículo todoterreno a peatones y policías en el puente de Westminster y posteriormente se estrelló contra una de las vallas que rodean al Parlamento británico e intentó correr hacia la entrada del recinto.

Antes de ser abatido por los disparos de agentes británicos, el terrorista -cuya identidad aún no ha sido confirmada- atropelló a la multitud provocando que tres personas perdieran la vida y apuñaló a un policía que falleció en el acto. Los reportes oficiales hablan de al menos 40 heridos.

El ataque perpetrado en una de las principales capitales del mundo es una llamada de atención y un recordatorio de que la amenaza terrorista sigue ahí, más presente que nunca, a pesar de los esfuerzos globales por erradicarla.

A solo unos metros de donde fue abatido el atacante, la primer ministra Theresa May realizaba su sesión semanal de preguntas de los legisladores, y tuvo que ser evacuada de la sala.

Horas más tarde, desde la residencia oficial en Downing Street declaró que el ataque en Westminster solo puede ser considerado como repulsivo y depravado y aseguró que el pueblo británico no cederá al terrorismo.

“Avanzaremos juntos, nunca cediendo al terrorismo, y nunca permitiendo que las voces del odio y el mal nos dividan”, dijo.

Asimismo aseguró que la ubicación elegida por el solitario atacante no fue una decisión al azar, pues es un objetivo para aquellos que rechazan los valores que representa el Parlamento británico.

“Los terroristas eligieron atacar el corazón de nuestra capital, donde personas de todas las nacionalidades, religiones y culturas se unen para celebrar los valores de la libertad, la democracia y la libertad de expresión”.

Los ciudadanos, las fuerzas de seguridad e incluso los mandatarios son vulnerables ante este tipo de ataques, ante la escalada de terror, nadie parece estar a salvo, como parece indicar el atentado del día de ayer en Londres.

Solo en 2016, sumando los atentados en Bruselas, Niza y Berlín hubo al menos 120 muertos, a los que habría que sumar cientos de heridos y decenas de muertos por ataques solitarios de radicales extremistas a ciudadanos en algunas ciudades de Europa.

La mañana de ayer, previo a los ataques en Londres, el británico Julian King, comisionado europeo de Seguridad reconoció que la amenaza terrorista continúa.

“Intentar reducirla es un trabajo difícil y a largo plazo. Pero creo que estamos en mejor posición para hacerlo que hace 12 meses”.

Mientras que el coordinador de la lucha antiterrorista en la Unión Europea, Gilles de Kerchove también reconoció que la amenaza sigue siendo muy seria.

Como si hubiera sido un presagio, momentos después se consumaba el ataque solitario en la capital del Reino Unido, un recordatorio de que el enemigo, aún golpeado y herido, sigue al acecho, esperando su oportunidad.

Enemigo invisible

Apenas unos instantes previos a que se diera a conocer el ataque en el Parlamento británico, durante el acto conmemorativo de los peores atentados en la historia de Bélgica, el ministro belga del interior, Jean Jambon, compartió una reflexión sobre la tragedia en Bruselas.

“¿Cómo es posible que jóvenes que crecieron aquí y a los que se les ofrecieron oportunidades den la espalda a la sociedad? Tenemos que recuperar las mentes y los corazones de esos jóvenes que están en vías de radicalización”.

Uno de los principales desafíos del combate al terrorismo y particularmente al Estado Islámico son las sofisticadas redes de reclutamiento del grupo que se extienden en Europa, atrayendo a su causa a jóvenes defraudados e inseguros que pasan a engrosar sus filas. Siria se ha convertido en la Meca de estos nuevos radicales.

Muchos de estos jóvenes una vez adoctrinados en el yihadismo, y entrenados en el uso y fabricación de armas regresan a sus países de origen para extender la doctrina de ISIS y en ocasiones para perpetrar atentados terroristas.

Este modus operandi se ha convertido en uno de los grandes desafíos para la seguridad europea, pues al contar con pasaporte europeo es más fácil que puedan ingresar a sus países, a pesar del seguimiento de las autoridades.

Tal es el caso del belga de origen marroquí Najim Laachraoui, quien se sumó a las filas de ISIS en 2013, según investigaron las autoridades, y que regresaría a Bélgica para inmolarse en el aeropuerto de Bruselas el 22 de marzo de 2016, tomando la vida de 14 personas.

Los atentados en París, Francia﷯, el 13 de noviembre de 2015 en donde al menos 137 personas perdieron la vida tras una serie de ataques coordinados fueron reivindicados por el Estado Islámico, y entre los autores materiales se encontraban al menos cinco terroristas de nacionalidad francesa, entre ellos un excombatiente en Yemen y dos belgas.

La batalla contra el terrorismo del Estado Islámico en Siria es solo uno de los frentes, pero sin duda uno de los mayores desafíos para occidente es enfrentar a ese enemigo silencioso, los retornados.

Habrían predicho ataque

Un mensaje publicado en el foro de internet 4chan, por un usuario anónimo, habría señalado con un día de anticipación las coordenadas donde se registró el atentado junto al Parlamento británico en Londres.

El portal del diario británico The Independent publicó ayer una nota en donde se hace referencia a un mensaje publicado el martes 21 de marzo con un código que descifrado varias veces revela las coordenadas del puente de Westminster.

La referencia fue publicada a través de mensaje en código Morse acompañada por una imagen de internet con dos armas de fuego. Al traducir el mensaje a lenguaje plano se revelaba un segundo mensaje con un link externo.

Al entrar a este nuevo enlace aparece una sucesión de ceros y unos, lenguaje binario, y una vez traducido a lenguaje plano, en última instancia resultan las coordenadas del Puente de Westminster, donde se suscitó el ataque un día después.