El miércoles pasado, la junta militar de Myanmar liberó a cientos de presos de una cárcel de Ragún, la ciudad más poblada del país. La gran mayoría eran estudiantes que habían sido detenidos durante las protestas que se desarrollaron por el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero. Junto con ellos fue liberado un periodista de la agencia estadounidense Associated Press (AP).
No obstante, las protestas se agudizan, ahora por la muerte de Khin Myo Chit, una niña de siete años que fue asesinada el 22 de marzo durante una redada en su casa en la ciudad de Mandalay.
La familia de la menor de edad afirmó a medios locales que la policía la mató mientras corría hacia su padre, mientras oficiales de policía registraban todas las casas en su vecindario el martes por la noche.
Por su parte, el padre de la víctima, U Maung Ko Hashin Bai, declaró que la niña murió solo media hora después, cuando la llevaban en un automóvil para buscar tratamiento médico. La policía también golpeó y arrestó a su hijo de 19 años.
Al respecto, el grupo de derechos Save the Children advirtió que más de 20 niños se encuentran entre las más de 280 personas asesinadas desde que iniciaron las manifestaciones.
Y dio a conocer que el homicidio se dio un día después de que un niño de 14 años fuera asesinado a tiros en la misma ciudad.
“Nos horroriza que los niños sigan siendo uno de los objetivos de estos ataques fatales contra manifestantes pacíficos. La muerte de estos niños es especialmente preocupante dado que, según los informes, fueron asesinados mientras estaban en casa, donde deberían haber estado a salvo de cualquier daño. El hecho de que tantos niños sean asesinados casi a diario muestra ahora un total desprecio por la vida humana por parte de las fuerzas de seguridad”, condenó el organismo en un comunicado.
Asimismo, anunciaron que Save the Children y sus socios están brindando apoyo a los niños que han sufrido daños y a sus familias, que incluye brindar apoyo psicosocial y desarrollar recursos para apoyar la creciente crisis de salud mental del país.
Sanciones contra la junta de Myanmar
Como respuesta al uso de violencia para sofocar las protestas, el Reino Unido y Estados Unidos anunciaron duras sanciones contra dos corporativos que apoyan financieramente al régimen militar.
De este modo, el Departamento del Tesoro dijo que su acción contra Myanmar Economic Holdings Public Company y Myanmar Economic Corporation Limited tiene como objetivo el control que el ejército tiene sobre gan parte de la economía de Myanmar y “que es un sustento financiero vital para junta militar”.
Las sanciones contra las dos empresas y sus filiales impiden el acceso a cualquier propiedad que controlen en Estados Unidos y prohíben efectivamente que cualquier persona o empresa estadounidense realice cualquier tipo de negocio o servicio con ellas.
“Estas sanciones apuntan específicamente a los recursos económicos del régimen militar de Birmania, que es responsable del derrocamiento del gobierno elegido democráticamente de Birmania y de la represión en curso del pueblo birmano”, expuso el anuncio de Washington.
En tanto, la sanción de Gran Bretaña solo apunta a Myanma Economic Holdings Public Company Limited. “Las sanciones de hoy apuntan a los intereses financieros de los militares para ayudar a agotar las fuentes de financiamiento para sus campañas de represión contra los civiles”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
En tanto, manifestantes contrarios al golpe militar volvieron el jueves a tomar las calles, al día siguiente de una huelga de silencio en la que se instó a la gente a quedarse en casa y mantener cerrados sus negocios.
Las fuerzas de seguridad intentaron dispersar algunas de las marchas por la fuerza. En medios locales y redes sociales se reportaron ataques violentos contra los manifestantes en Hpa-an, Taunggyi y Mawlamyine. Se desconoce si los soldados utilizaron munición real además de balas de goma contra los manifestantes.