Alguien en la pequeña ciudad de Clacton-on-Sea, en Reino Unido, no comprendió el mensaje de una pieza de arte urbano y decidió denunciar la obra; o tal vez –y más preocupante sería– es que sí lo entendió y no le pareció.
Y es que un mural de Banksy, el grafitero más reconocido del mundo cuyas obras de alto contenido social se valúan en millones de dólares, fue borrado ayer por el Gobierno distrital luego de que alguien se quejara por su contenido “ofensivo y racista”.
La cuestión es que el propósito de la obra era precisamente exponer el racismo y la xenofobia que existe entre la población inglesa frente a los inmigrantes.
El mural representa, por medio de cuatro palomas negras portando pancartas, a aquellos locales que se oponen a la inmigración, mientras que del otro lado, sobre una pared de textura distinta, posa una bella golondrina.
