En los últimos días, el gobierno de Xi-Jinping ha sido duramente criticado. El cierre de Apple Daily, uno de los medios de comunicación asiáticos más populares por sus tintes opositores, provocó que el jefe de Estado chino recibiera señalamientos en su contra, principalmente desde Occidente.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, por ejemplo, fue una de esas voces críticas, destacando que la intensificación de la represión por parte de Beijing fue lo que provocó que un “bastión muy necesario del periodismo independiente en Hong Kong” dejara de publicarse.
Asimismo, destacó que los periodistas son quienes dicen la verdad, responsabilizan a los líderes y hacen que la información fluya libremente, algo que se “necesita ahora más que nunca en Hong Kong y en lugares del mundo donde la democracia está amenazada”.
La postura del líder demócrata, así como de otros personajes como Michelle Bachelet, alta comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se refiere a la falta de libertad de expresión que se ha vivido China tras la implementación en 2020 de la Ley de Seguridad Nacional, a través de la cual se castiga cualquier expresión antigubernamental.
Por ejemplo, entre los 66 artículos que integran esta reforma, se especifica que actividades como el sabotaje al transporte sería una actividad terrorista que podría ser castigada con cadena perpetua si se perjudicó a otras personas o se causaron destrozos significativos a la propiedad.
En el caso de Apple Daily, este medio siempre recibió amenazas desde su fundación en 1995 por sus críticas al gobierno y sus investigaciones periodísticas; sin embargo, eso nunca detuvo a sus directivos. No fue sino hasta la implementación de la Ley de Seguridad Nacional que sus editores, e incluso redactores, llegaron a ser perseguidos por la policía china bajo el argumento de que colaboraban con fuerzas extranjeras e impulsaban el desorden social.
Carrie Lam, jefa de Gobierno de Hong Kong, llegó a remarcar que dichas acciones se habían dado por el simple hecho de que algunos miembros del medio violaron la ley, por lo que no era apropiado que la gente embelleciera sus actos, pues éstos ponían en riesgo la seguridad nacional.
“No intenten acusar a las autoridades de Hong Kong de utilizar la Ley de Seguridad Nacional como una herramienta para reprimir a los medios de comunicación o la libertad de expresión”, subrayó.
Breaking: Hong Kong’s Apple Daily says will close ‘no later’ than Saturday — @AFP
— Jerome Taylor (@JeromeTaylor) June 23, 2021
Al respecto, César Soto Morales, especialista en Asia y catedrático de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, opina que tras darse a conocer esta postura, sería muy difícil que el gobierno chino cambie de opinión o decida dar un paso atrás en sus acciones, sobre si se refiere a los medios de comunicación.
Esto, debido al apoyo que seguirá teniendo entre sus aliados de Oriente y a su posición a nivel internacional como una de las potencias más importantes del mundo, “como un país al que no es que no le importe la opinión internacional, pero no le afecta tanto por su grado de poder”.
“El cierre de Apple Daily sin duda va a ser una sombra para el gobierno (de Xi-Jinping), pero creo que está dispuesto a cargar con ella; sería una más de las que ya tiene, dado que la administración de China siempre está bajo la crítica de las potencias opositoras, como los países de Europa y Estados Unidos”, comparte Soto Morales.
Sin futuro para otro Apple Daily
Cuando se dio a conocer que el pasado 24 de junio se publicaría la última edición del diario Apple Daily, sus lectores apoyaron al medio desde una noche antes, asistiendo a las afueras de la redacción con pancartas de apoyo y haciendo largas filas a la mañana siguiente para comprar ese ejemplar.
En entrevista, César Soto Morales considera que debido a esa popularidad, y evidentemente a la implementación de la Ley de Seguridad Nacional, es poco probable que aparezca otro medio impreso como lo fue Apple Daily, a no ser que sea totalmente digital.
“Posiblemente salgan otros medios liderados por opositores o por gente que estaba a favor de la ideología de este periódico, pero creo que serían totalmente electrónicos; hoy en día por más que se quiera censurar a los impresos, éstos pueden encontrar otra vía en lo digital, pero creo que su supervivencia dependerá del apoyo que le den los lectores”, agrega.
Por otra parte, el especialista comparte que aún con el cierre del diario y el desacuerdo que pueda haber en la gente ante esto, es poco probable que el presidente Xi-Jinping pierda popularidad a nivel nacional, por el simple hecho de que su cargo no depende de eso.
“Si fuera una democracia donde hubiera más partidos políticos sí le afectaría, pero como estamos hablando de que el Partido Comunista de China es hegemónico, entonces no le va a afectar demasiado”, explica.
De ese modo, no se espera que exista un cambio en favor de la libertad de expresión en la prensa nacional china, a menos de que esas modificaciones se vayan dando con una nueva administración, la cual puede darse en 2023, a no ser que Xi-Jinping decida reelegirse para mantenerse en el poder.