Los retos de la ONU

Tras una década en el puesto, Ban Ki-moon dice adiós a las Naciones Unidas. El organismo da la bienvenida al portugués Antonio Guterres, nuevo secretario general de una institución en profunda crisis.

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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“Las Naciones Unidas deben prepararse para cambiar”
Antonio GuterresAl asumir como secretario general de la ONU
El diplomático portugués aboga por la paz desde un enfoque holístico: tomar los problemas como un asunto de todos

Tras una década en el puesto, Ban Ki-moon dice adiós a las Naciones Unidas. El organismo da la bienvenida al portugués Antonio Guterres, nuevo secretario general de una institución en profunda crisis.

A sus 67 años, Guterres se convierte en el dirigente de una institución con un balance decepcionante, y fuertemente criticada por haber sido incapaz de poner fin al conflicto en Siria, Yemen y Sudán del Sur; que ha encubierto los abusos sexuales de sus militares en África, y que se ha mostrado extremadamente inútil en su capacidad para detener la proliferación de armas nucleares en el mundo.

Mientras que el terrorismo, el crimen organizado y el cambio climático están afectando la economía mundial, a la gente, la tierra y el mar, Guterres pide “puntos de vista más estrechos para hacer frente a los conflictos y desastres”.

El diplomático portugués aboga por la paz, desde un enfoque holístico, es decir, de tomar los problemas como un asunto de todos.

Sin embargo, el primer obstáculo parece obvio. La compartimentación es un serio problema dentro de la ONU: nunca se opina de la misma manera cuando se trata de lugares y conflictos.

Ahora, vivimos en tiempos de una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia. Y todo está bloqueado. Pero otro problema es Donald Trump: el más anti-ONU de los presidentes norteamericanos, quien no oculta su desprecio por la institución, ya que Estados Unidos se hace cargo del 22 por ciento del presupuesto.

Guterres deberá hacerle cambiar de opinión. Y a unos días de la llegada de Trump a la Casa Blanca, la esperanza depositada en el nuevo líder de la ONU es grande, pero la tarea es inmensa. ¿Qué futuro tiene la organización?

Balance decepcionante

En Siria, Ban Ki-moon actuó demasiado tarde. “Es mi mayor pesar”, reconoció el exdirigente surcoreano durante su última conferencia de prensa el 13 de diciembre.

Ban fue incapaz de imponer su liderazgo sobre el conflicto en Siria, y frente a los bloques del Consejo de Seguridad, paralizados por la oposición de Moscú, un miembro permanente que tiene poder de veto y que es aliado de Damasco.

El terrorismo: sin definición única. Durante su mandato la ONU no logró determinar una definición única para el terrorismo. Pues la cuestión resultaba “demasiado política” para ser aceptable por los 193 estados miembros.

En su lugar, el exsecretario general adoptó una vaga medida para “luchar contra el extremismo violento” fomentando programas nacionales para luchar contra la propagación del terrorismo y el aumento de la colaboración internacional.

La ONU, sin embargo, no ha podido poner en marcha la creación de un puesto para luchar contra este problema de seguridad que acecha a buena parte de Europa.

Crisis de refugiados: sin ningún acuerdo. Nunca el mundo había tenido tantos refugiados. Unos 65 millones de personas han tenido que huir de su país de origen o moverse dentro de sus fronteras debido a un conflicto.

Elección histórica

El portugués es el noveno secretario general de la ONU, y fue elegido a principios de octubre para un periodo de cinco años por el Consejo de Seguridad, es decir, los cinco miembros permanentes – China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido-, y diez miembros no permanentes.

Incluso los diplomáticos rusos y estadounidenses dejaron a un lado sus serias diferencias sobre la situación en Siria, para pronunciarse a favor del portugués, en una votación que fue calificada por unanimidad como “histórica”.

En su discurso de investidura, advirtió que “las Naciones Unidas deben prepararse para cambiar”. E hizo un llamado a una “reforma integral” de la institución que cuenta con 41 mil empleados, con la promesa de replantear las estrategias y el mantenimiento de las operaciones de paz, de una mejor comunicación, de una mejor representación de los jóvenes, de las mujeres, y de los países emergentes.

Guterres asegura que quiere más mujeres en posiciones de liderazgo. Con el 26 por ciento de presencia de mujeres, la organización sigue teniendo la misma tasa que hace diez años.

Dio el ejemplo al nombrar como secretario general adjunta a la nigeriana Amina J. Mohammed.
‘Misionero político’

Socialista y católico entusiasta, se autodenomina ferviente opositor del aborto; como orador formidable se dirige a las multitudes en portugués, inglés, francés y español.

En 1991, Antonio Guterres creó el Consejo portugués para los refugiados. Por lo que no es de extrañar que desde 2005 hasta 2015 dirigiera la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Con más de 60 millones de refugiados en el mundo, tampoco es coincidencia que un especialista en esta materia llegase a la cabeza organismo.

Alertado por la crisis de refugiados -considerada como “el mayor desplazamiento humano desde la

Segunda Guerra Mundial”-, el diplomático portugués reformó a profundidad esta institución al reducir en un tercio el personal de la sede en Ginebra para distribuir mejor los fondos del ACNUR entre sus diferentes misiones sobre terreno.

Su experiencia desde esta oficina le confirió un buen conocimiento sobre el conflicto en Siria, Yemen y Sudán del Sur, activos que le serán valiosos durante su mandato en la ONU, y que ya le valen el respeto de las ONG.

Lo urgente

Los asuntos internacionales en los que Ban Ki-moon no logró imponer la postura de la ONU y exigen la atención de Antonio Guterres:

>Siria: La ONU ha sido incapaz de imponer su liderazgo sobre este conflicto, frente a los bloques del Consejo de Seguridad por la oposición de Moscú, aliado de Damasco.

>Terrorismo: El organismo no ha logrado encontrar una definición única para el terrorismo, aceptable para los 193 estados miembros.

>Crisis de refugiados: Unos 65 millones de personas han tenido que huir de su país de origen o moverse dentro de sus fronteras debido a un conflicto. Esta es la crisis más seria que ha enfrentado las Naciones Unidas desde su creación, en 1945.
 

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