American Idols
Si algo tiene la pareja Obama, es que tanto Barack como Michelle son simpáticos ante las cámaras. Mientras Barack encesta triples de basquetbol o se une a la tradición de elaborar cerveza (desde la cocina de la Casa Blanca), Michelle reta a Ellen Degeneres a realizar lagartijas en su popular programa de televisión (y gana).
La pareja crea sin esfuerzo “momentos Obama” –algo así como los “momentos Kodak”, pero en campaña– que sirven de postales para ilustrar portadas o para vestir a los videos noticiosos del día.
Juan Antonio Zertuche
Si algo tiene la pareja Obama, es que tanto Barack como Michelle son simpáticos ante las cámaras. Mientras Barack encesta triples de basquetbol o se une a la tradición de elaborar cerveza (desde la cocina de la Casa Blanca), Michelle reta a Ellen Degeneres a realizar lagartijas en su popular programa de televisión (y gana).
La pareja crea sin esfuerzo “momentos Obama” –algo así como los “momentos Kodak”, pero en campaña– que sirven de postales para ilustrar portadas o para vestir a los videos noticiosos del día.
Después del bizarro espectáculo de Clint Eastwood –y su silla vacía– que clausuró la convención republicana, los demócratas arrancaron ayer con dos pesos pesados dentro del partido para enmarcar la semana en que Barack Obama será elegido oficialmente como candidato.
Michelle, la popular
“Voy a tratar de no dejar que vean llorar a su papá porque cuando Michelle empieza a hablar, comienzo a ponerme todo sentimental”, confesó Barack Obama en un evento de campaña hace unos días.
Bueno, seguramente lágrimas corrieron desde la Casa Blanca porque el discurso de Michelle era justo lo que necesitaban escuchar las mujeres, los demócratas y los indecisos.
En 2012, Michelle ha salido del clóset político para la campaña de reelección con una agenda cada vez más ocupada y comprometida para la causa de su esposo.
A donde quiera que la primera dama estadounidense va, hay referencias de experiencias personales que han hecho al Barack de hoy.
El futuro
Julián Castro es el latino del momento. El joven alcalde de San Antonio, Texas, hizo vibrar con su discurso a los demócratas y de paso a la base de votantes latinos.
Con una gran sonrisa, Castro relató su historia familiar (que tiene raíces mexicanas), un ejemplo del “American dream”. Pero enfatizó que su historia no hubiera sido posible sin las oportunidades que Estados Unidos crea.
“La nuestra es una nación como ninguna otra, un lugar donde se pueden hacer grandes hazañas en una sola generación, no importa quién eres o de dónde vienes, el camino siempre es hacia adelante”, dijo.
Obama le está apostando a los votantes latinos para asegurar su reelección.
Castro pronunció en tres ocasiones la frase “que dios te bendiga” y hasta un grito de “si se puede” se pudo escuchar en la transmisión. Como diría una canción de Prince, es el “signo de los tiempos”.