América Latina después de la pandemia
Los países de la región hacen frente al coronavirus y, de acuerdo con sus resultados, en algunos casos sortearán crisis sociales y económicas que se presentarán cuando finalice la emergencia sanitaria
Mara EcheverríaEl coronavirus es, por ahora, una de las principales preocupaciones de los gobiernos de América Latina, que enfocan sus acciones en contener la propagación del virus entre la población, mientras sortean la capacidad de los sistemas de salud para atender el creciente número de contagios.
Los países de la región que registran un mayor número de casos confirmados de Covid-19 son Brasil con 4 mil 256, le sigue Chile con 2 mil 139, Ecuador con mil 823, México con 993, Panamá con 901 y Perú con 852, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) disponibles hasta el cierre de esta edición.
Desde México hasta Argentina, las administraciones federales emprenden diferentes medidas, como el aislamiento social, además de bajar las cortinas de comercios a nivel local y hasta el cierre del espacio aéreo que, en el futuro, podrían traer un impacto económico que desafiará la estabilidad social, de acuerdo con el Banco Mundial (BM).
Arlene Ramírez Uresti, internacionalista del Tecnológico de Monterrey, comparte que América Latina es una región muy vulnerable a las crisis y enfrenta riesgos sanitarios, a lo que se suma la recesión económica cíclica que permea desde hace años.
Para tener un impacto menor, de acuerdo con la especialista, los países en Latinoamérica tienen que apostar por reformar las instituciones, ya que desde los grandes movimientos sociales y revoluciones que se vivieron en la década de los setenta, se priorizó el crecimiento económico sin consolidar las democracias.
“América Latina tiene que resurgir. Lo que tenemos que ver, posterior a la crisis es la estabilización de los procesos democráticos y la generación de nuevas instituciones para evitar el malestar social que permea, sino ocurre, las manifestaciones van a ser interminables porque no habrá garantía para consolidar las democracias”, declara.
Pobreza, factor en contra de América Latina
La crisis de salud que azota al mundo llega a una región en la cual la pobreza y la desigualdad son constantes, mientras que las economías aún están en vías de desarrollo.
El 52.6 por ciento de la población en Honduras vive en pobreza, le siguen Guatemala con 42.8 por ciento, Venezuela con 35.6 por ciento, México y Nicaragua con 34.8 por ciento. En el otro lado están Paraguay con 14.1 por ciento, Costa Rica con 9.7 por ciento, Argentina 7.1 por ciento, Chile 6.4 por ciento y Uruguay 2.9 por ciento, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
A este panorama se suma que, en América Latina, la pandemia podría generar un alza del desempleo y mayores dificultades para que los gobiernos cumplan con sus obligaciones de deuda, advirtió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Para evitar un descalabro económico y el descontento social, los gobiernos deberán ser más trasparentes respecto a la implementación de políticas fiscales en beneficio de la sociedad, como son los subsidios y los estímulos fiscales. Además tendrán que intensificar las campañas que inviten a la población a pagar sus impuestos para que sean capaces de contar con recursos para enfrentar la crisis sanitaria, considera Luis Andrade, especialista en negocios e investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.
“En América Latina las manifestaciones de descontento por la disminución de empleo y recortes salariales causan mucho descontento, y para no caer en esas situaciones, los gobiernos deben ofrecer respaldo, a través de subsidios y apoyos a empresas, para que la sociedad se sienta apoyada”, opina Andrade.
La región creció a una tasa de apenas 0.1 por ciento en 2019 y en los últimos pronósticos de la Cepal realizados en diciembre pasado se preveía un crecimiento de 1.3 por ciento para 2020. Sin embargo, ante el escenario actual, Cepal proyecta una contracción de -1.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Latam.
Este revés en la expansión económica podría causar que el desempleo en la región suba en diez puntos porcentuales. Esto llevaría a que, de un total de 620 millones de habitantes, el número de pobres en la región se incremente de 185 a 220 millones de personas; en tanto que las personas en pobreza extrema podrían aumentar de 67.4 a 90 millones.
“El grado de desigualdad es también importante para evaluar hasta qué punto la crisis impactará en los grupos más vulnerables de la sociedad. Mientras más desigual sea un país, más llevarán estos grupos vulnerables el peso del impacto económico de la pandemia y menos recursos tendrán para combatirla”, declaró Bárcenas.
Para hacer frente a esta crisis, los gobiernos toman medidas económicas, fiscales y monetarias, entre las que destacan aumentos en el gasto social, bajas de las tasas de interés, la suspensión de cobros de créditos bancarios, provisión de líneas de crédito para el pago de los salarios de las compañías, congelamiento del recargo por no pago en los servicios de agua, y acciones para evitar el desabastecimiento de bienes básicos.
“Ningún país podrá combatir esta pandemia sin la cooperación regional. Debe movernos hacia una mayor coordinación y la prioridad de las políticas debe ser cómo abordar la actual crisis social y de salud. Esta pandemia tiene el potencial de rearmar la globalización geopolítica, pero es también una oportunidad para recordar los beneficios de la acción multilateral”, dijo Bárcenas.