La coalición que gobierna Alemania ha caído. La salida del ministro de Finanzas y del resto del Partido Democrático Libre (FDP) por diferencias sobre cómo solucionar la desaceleración económica del país puso al gobierno del canciller Olaf Scholz contra las cuerdas.
A una semana de que el despido del ministro de finanzas, Christian Linder, detonara el colapso de la coalición de su gobierno, Scholz busca mantener un gobierno de minoría con tan solo 325 votos de los 736 de la Bundestag. Sin los 95 escaños del FDP, que brindaban al mandatario un margen de maniobra estrecho para llevar a cabo su plan de gobierno, el gabinete del canciller comenzó a delegar tareas a Los Verdes, los únicos aliados que restan del oficialismo.
Mientras Scholz, los socialdemócratas y los verdes batallan para conseguir los suficientes votos independientes para mantener un gobierno minoritario, las llamadas para su remoción ya comenzaron. Friedrich Merz, líder de la oposición, exige un voto de confianza para remover al canciller y adelantar el proceso electoral previsto para septiembre del próximo año.
Mir ist eine unaufgeregte Diskussion wichtig – wenn das alle gemeinsam so sehen, ist eine #Vertrauensfrage vor Weihnachten für mich kein Problem. pic.twitter.com/4sY0PDe306
— Bundeskanzler Olaf Scholz (@Bundeskanzler) November 11, 2024
Pese a la minoría parlamentaria, Scholz no está obligado a ceder ante las presiones de la oposición. Para evitar desestabilizar el sistema, la legislación alemana otorga al canciller la decisión sobre los tiempos electorales en situaciones como estas; la oposición solo puede forzar su salida si encuentra una alternativa de mandatario que cuente con mayoría en la Bundestag, pero la composición actual del Parlamento impide ese escenario. Pese a eso, el líder alemán asegura que su país necesita “rápidamente” un gobierno democráticamente legítimo.
Scholz también adelantó que de conseguir consenso parlamentario, llamaría al voto de no confianza antes de Navidad, un mes antes de lo que originalmente tenía previsto. Ayer, la agencias AFP informó que las votaciones adelantadas se darán el próximo 23 de febrero de 2025.
La Unión Demócrata Cristiana se prepara para las elecciones
Con la aritmética parlamentaria en contra de Scholz, el voto de confianza presagia su salida del gobierno y la oposición ya se prepara para ello, como Merz alista a La Union, bloque conformado por la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que esperan contender por la Cancillería una vez que se convoquen a las urnas.
Por otra parte, la plataforma del bloque conservador, titulada “Vivir en Libertad: guiar a Alemania con seguridad hacia el futuro”, propone restringir la política migratoria, reformar la política energética y restaurar el servicio militar obligatorio.
Con el 32.5 por ciento de las preferencias electorales, según las encuestas realizadas del 8 al 11 de noviembre por el Instituto por Nuevas Respuestas Sociales, el CDU tiene más de 10 puntos de ventaja sobre el resto de las fuerzas políticas.
„Ich freue mich auf die kommenden Wochen und Monate! Es ist Zeit für einen Kurswechsel. Zeit für eine handlungsfähige Regierung, auf die man sich verlassen kann. Zeit, dass wir bald wieder sagen können: Ich bin stolz auf Deutschland.“ ™ pic.twitter.com/3QLcQMYa4L
— Friedrich Merz (@_FriedrichMerz) November 12, 2024
La plataforma de Merz se aleja de las políticas impulsadas por Angela Merkel, quien diera forma al CDU desde 2011. Al respecto, la doctora Ana Luisa Trujillo, experta en política europea del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, el tiempo de la excanciller cambió y la opinión no ha sido amable con sus ideas.
“(Merkel) se veía como una persona más abierta y progresista, pero ahora hay una tendencia en Alemania para evaluar su gestión de forma negativa y considerar que muchos de sus problemas son responsabilidad de ella. En estas nuevas elecciones el CDU se va a plantear con una visión mucho más conservadora, aunque hay que mencionar que no son un partido de ultraderecha ni antisistema, la agenda ya permeó y en un afán de atraer a los electores que voltean a ver a partidos como Alternativa para Alemania (AfD), proponen una agenda más conservadora”, anota la especialista.
El avance de la agenda de ultraderecha, representada por el AfD, no solamente provoca un cambio en las políticas de partidos tradicionales como el CDU sino también comienza a mostrar un arrastre popular que actualmente convierten a AfD en la segunda fuerza política del país. La doctora Trujillo considera que es probable que crezca su popularidad en los meses previos a la elección.
Las deudas de Olaf Scholz frente a Alemania
Más allá de las propuestas de la CSU, en los tres años del gobierno de Scholz, Alemania ha vivido con las consecuencias de un panorama mundialadverso que ha reducido el capital político del canciller.
Tras la crisis económica que siguió a la pandemia de COVID-19, Alemania no ha podido recuperarse. Según el último informe del Consejo Alemán de Expertos Económicos, el país tiene un crecimiento del PIB de apenas el 0.2 por ciento en 2024, un mercado laboral e índices de productividad a la baja y ciudadanos sin ánimo de consumir o invertir por falta de claridad en la política fiscal y la incertidumbre en el continente.
La fragmentación del gobierno de Scholz pone en cuestionamiento la capacidad alemana de ejercer influencia en el escenario internacional. Uno de los puntos que rompió el acuerdo entre los socialdemócratas y el FDP fue la posibilidad de adquirir más deuda para apoyar los esfuerzos de defensa ucranianos.
Con más de siete mil millones de euros entregados a Kiev tan solo este año y un aparente consenso entre Scholz y los demócratas cristianos que pretenden sucederlo, la ayuda militar a Ucrania está asegurada pero Alemania no puede seguir siendo una pieza clave en la política internacional por mucho tiempo.
“La figura de Scholz ha sido muy gris y tampoco se ve a nivel europeo el liderazgo de Alemania (…) En Relaciones Internacionales pensamos en el poder de los Estados y un factor es la personalidad de sus líderes, en este caso Scholz no tiene la personalidad ni la fuerza de Merkel, y Alemania ya no tiene el peso que tenía, y si bien tiene que ver con su situación económica, dadas las condiciones internacionales, se ve difícil que lo retome”, finaliza la doctora Trujillo.