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Al rescate de la ‘marca’ europea

Con la crisis de Grecia, algunos pensaron que era el inicio del desmoronamiento de la Unión Europea (UE) y de la eurozona.

Pero, tras meses de polémicas negociaciones, el primer ministro griego Alexis Tsipras y el resto de los políticos europeos mostraron la semana pasada que hay esperanza para resolver la crisis de los helénicos.

La incógnita estaba en si era posible que los líderes de la UE, encabezados por la canciller alemana Angela Merkel, podían llegar a un acuerdo con Tsipras que permitiera el rescate de la economía griega sin condiciones severas de austeridad.

46%
de los ciudadanos de la UE creen que la integración económica ha
beneficiado a su país
"Las ambiciones de las élites políticas europeas parece que ya no van a la par de las necesidades de los ciudadanos europeos, que reclaman más aspectos sociales en la integración"
Encarna HernándezPeriodista española
"La crisis del euro lo que ha venido generando es un descenso en el eurobarómetro en el que se le pregunta a la gente ¿qué tanto te sientes europeo?"
Juan Carlos CobíanProfesor del Tec de Monterrey
https://www.youtube.com/watch?v=c4z1iPHBBXY

Con la crisis de Grecia, algunos pensaron que era el inicio del desmoronamiento de la Unión Europea (UE) y de la eurozona.

Pero, tras meses de polémicas negociaciones, el primer ministro griego Alexis Tsipras y el resto de los políticos europeos mostraron la semana pasada que hay esperanza para resolver la crisis de los helénicos.

La incógnita estaba en si era posible que los líderes de la UE, encabezados por la canciller alemana Angela Merkel, podían llegar a un acuerdo con Tsipras que permitiera el rescate de la economía griega sin condiciones severas de austeridad.

Analistas entrevistados por Reporte Indigo explican que hay una crisis de credibilidad de la UE, pero que salvar a Grecia es un paso necesario para recobrar la integración y la confianza en la “marca” europea.

Crisis de identidad

Encarna Hernández, periodista española e investigadora de asuntos europeas, explica que la crisis económica de los últimos años incrementó la desconfianza de los ciudadanos en la UE.

“Hemos fallado a la hora de ir desarrollando lazos identitarios”, expone Hernández, “los ciudadanos tradicionalmente han visto en mayoría la UE como algo instrumental, sin sentir ningún otro apego. 

“Con la crisis económica, el tradicional ‘desapego’ y ‘desinterés’ por las políticas que se hacían en Bruselas se ha traducido en desconfianza y rechazo”.

Hernández rechaza la idea de que la UE esté destinada al fracaso por la diferencia entre sus miembros de mayor riqueza y desarrollo con aquellos menos favorecidos.

Argumenta que el problema es que los ciudadanos se sienten poco representados por las élites europeas.

“Las ambiciones de las élites políticas europeas parece que ya no van a la par de las necesidades de los ciudadanos europeos, que reclaman más aspectos sociales en la integración”, manifiesta.

“La Europa de varias velocidades no ha puesto en riesgo la integración, en un principio, pero sí la ha hecho más compleja, más lenta, y minimizado el aspecto político o cuestiones de soberanía nacional importantes”.

Aunque reconoce que es complicado, Hernández insiste en que para sostener el proyecto europeo es necesario rescatar a Grecia y armonizar las políticas económicas de los distintos miembros. 

Grecia: la clave

Juan Carlos Cobián, profesor de Escenario Regional de Europa del Tecnológico de Monterrey, indica que el futuro de la integración europea depende de la forma en la que Angela Merkel resuelva el problema de Grecia.

“Son días decisivos para el futuro de la Unión Europea y para la marca histórica de Merkel”, advierte.

“Tiene que ver con la credibilidad, no nada más de la zona euro, sino de la Unión Europea como tal”, añade, “la crisis del euro lo que ha venido generando es un descenso en el eurobarómetro en el que se le pregunta a la gente ¿qué tanto te sientes europeo?

“Y entonces, insistir en seguir utilizando este tipo de medidas draconianas económicas lo único que va generando es minar la credibilidad de los propios ciudadanos en la Unión Europea, es como estarse ahorcando por sí mismo”.

Sin embargo, Cobián señala que la comunidad europea tampoco puede ser tan flexible con Grecia porque provocaría descontento entre los demás países, tanto en aquellos con riqueza como en aquellos que buscan aliviar su deuda.

De hecho, el académico cree que es necesario que la UE recupere la disciplina fiscal y de desarrollo económico, aunque algunos países teman perder soberanía.  

“Tienen razón los que dicen que hay un riesgo en ser muy suaves con Grecia porque al hacerlo estás abriendo la puerta a que, cualquier otra crisis que se presente, vuelvan a presentarse este tipo de referendos”, enfatiza.

“Tienen que volver a una disciplina de convergencias en las economías”, agrega, “porque si no estos problemas se van a estar presentando de una manera muy frecuente. 

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Hace un año la coalición de izquierda radical griega conocida como Syriza y liderada por el joven político Alexis Tsipras ganó las elecciones y tomó el poder en enero de 2015. 

Cuando asumieron sus posiciones los líderes de Syriza fueron vistos por los griegos como salvadores. En poco tiempo ese entusiasmo se desvaneció y se les tachó primero de inexpertos, luego de radicales y finalmente de traidores. Hoy por hoy la gente los considera “más de lo mismo”.