La más reciente demostración de descontento por las políticas agrícolas europeas se materializó en España, donde al menos mil tractores entorpecieron la circulación y bloquearon el acceso al puerto de Castellón y al aeropuerto de Jeréz, en Barcelona, como protesta a las medidas impulsadas por la Unión Europea.
Aunque originalmente las principales centrales agrícolas del país ibérico no apoyaron las protestas y optaron por manifestaciones separadas tras dos días de agitación, las organizaciones agrarias españolas se unieron a las manifestaciones, donde en los primeros tres días se reportaron 19 detenidos y más de cuatro mil 500 denuncias por infracciones de tráfico.
En respuesta a las movilizaciones, el gobierno del presidente Pedro Sanchez anunció una serie de medidas para contrarrestar las protestas. En una sesión del Parlamento, el mandatario se comprometió a garantizar el cumplimiento de una legislación que permite a los productores no vender sus bienes a precios de pérdida, así como simplificar la burocracia agrícola que ha retrasado el pago de ayudas a los agricultores y retrasa su tiempo de producción; dos de los principales reclamos de los manifestantes.
El campo necesita recursos y no discursos ultras cargados de negacionismo y antieuropeísmo como los del PP y Vox.
Precios justos, cláusulas espejo y simplificar la PAC.
Todo eso es lo que va a hacer este Gobierno. pic.twitter.com/0seuEjd0ya
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) February 10, 2024
Ante los avances logrados en España, aunque los protestantes catalanes se dijeron satisfechos por los acuerdos logrados, los cuales fueron respaldados por todos los grupos parlamentarios a excepción de la derecha española representada en el Partido Popular y Vox, las manifestaciones continuaron.
España no es el único país europeo donde los productores agrícolas se manifiestan. Las protestas se han vuelto el común denominador en un continente donde las economías robustas e industrializadas, como Alemania, y otras más pequeñas, como Grecia, han enfrentado un problema de repercusiones locales y orígenes regionales.
¿Qué originó las protestas agrícolas?
La invasión de Rusia a Ucrania fue el primer eslabón de una cadena que elevó las tarifas de producción de Europa y restringió la capacidad del consumidor final de elegir productos locales, resultando en una pinza que asfixia a los productores de alimentos de toda la región.
Debido a la falta de ventas por los altos costos de los productos, las protestas comenzaron en Bruselas contra las dificultades burocráticas que la Comisión Europea forzó sobre los productores, quienes enfrentan presiones de los competidores ubicados fuera de la región, cuyos costos de producción suelen ser más bajos.
Las respuestas de los distintos países ante las protestas han variado. En Francia, el productor agrícola más importante de la Unión Europea, el primer ministro Gabriel Attal prometió no solo una regulación de importaciones, sino también la autosuficiencia de su mercado alimentario.
We listen to European farmers.
They can count on European support.
We are addressing short-term challenges.
We will work with @EU2024BE on reducing the administrative burden.
And address the structural challenges faced by the sector in our Strategic Dialogue. pic.twitter.com/Jb3GXWIARf
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) February 1, 2024
La doctora Ana Luisa Trujillo, internacionalista del Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que el mercado agrícola europeo es un sector poderoso en la región pues es clave para el proyecto europeo en general.
De acuerdo con cifras de la Unión Europea, el sector agrícola representa 44 millones de empleos para el club de los 27.
“Es un mercado caracterizado porque la toma de decisiones se hace a nivel europeo, lo cual se convierte en un tema muy sensible porque hay regiones que dependen casi totalmente de la agricultura y tienen que ceñirse a las disposiciones de la Comisión Europea.
“Es también un mercado altamente subsidiado en donde es muy difícil competir, principalmente porque los Estados dan muy buenas subvenciones, lo que lleva a los agricultores a tener una buena calidad de vida”, señala Trujillo.
Gobiernos de Europa responden a las protestas de los agricultores
Debido a las características del sector agrícola en Europa, los gobiernos de cada uno de los países que enfrenta movilizaciones pueden responder a las protestas solo de manera parcial a los agravios manifestados por sus agricultores.
“El margen de maniobra para una entidad nacional es limitado, la política agrícola es supranacional y no se pueden tomar decisiones por cuenta propia. Esto es parte de las dificultades de los Estados, pues las demandas y los reclamos son nacionales pero las soluciones son europeas. Es una tarea pendiente de la Unión Europea encontrar mecanismos que no desgasten tanto a la nación, pues ellos son quienes son vistos como responsables, pero también están atados de manos”, declara la académica.
La especialista en la región señala que las regulaciones burocráticas que atormentan a los agricultores europeos sí los ponen en desventaja al momento de competir contra el exterior; sin embargo, añade que el mercado interno es lo suficientemente robusto para satisfacer las necesidades alimenticias de la población de los países miembros y que son las mismas regulaciones que los protegen de buscar espacios en su región.
Las regulaciones burocráticas del organismo supranacional y algunas de sus políticas medioambientales y económicas son el eje principal de las protestas que se dan desde el Mar del Norte al Egeo.
El más claro ejemplo de ello fue la propuesta de reducir el uso de pesticidas, de acuerdo con los compromisos ambientales de la Unión Europea, los cuales los agricultores consideraban que los ponía en desventaja pues haría su tierra imposible de trabajar.
Este Gobierno está con el campo.
La propuesta de la ultraderecha para el campo es una mezcla letal entre el negacionismo climático y el antieuropeísmo. pic.twitter.com/AdDKELKaUr
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) February 7, 2024
Tras semanas de protestas, el pasado 6 de febrero la Comisión Europea desechó la propuesta de los plaguicidas y en opinión de la doctora Trujillo esto forma parte de una estrategía política por parte de los europeístas para no conceder terreno en las próximas elecciones al Parlamento Europeo.
“Una de las razones por las que se levantó la disposición (de reducción de pesticidas) es que no se quiere entorpecer el proceso electoral y sobre todo porque la gente que está en la Comisión Europea, como Ursula von der Leyen, trata que esta agenda no sea cooptada por los grupos de ultraderecha, pues es una preocupación muy grande en el continente saber cuántos escaños va a ganar la ultraderecha en el Parlamento; tan solo en Alemania la intención de voto es de al menos el 20 por ciento y eso puede dar un parámetro de lo que se puede esperar”, finaliza Trujillo.