Adiós a los conservadores

Los medios de comunicación mexicanos ofrecieron, el lunes pasado, una cobertura muy limitada de la elección federal canadiense. La mayoría recurrió a información de agencias para reportar la derrota de los conservadores. 

En resumen: después de 78 días de campaña – el periodo más largo para promover una candidatura en la historia de Canadá –  y con 40 por ciento de los votos, el Partido Liberal retomó la mayoría en el Parlamento y gobernará al vecino norteño de Estados Unidos. 

El partido liderado por Justin Trudeau – hijo de Pierre Trudeau ex Primer Ministro y considerado el padre de la Canadá moderna –  acabó con casi 10 años de dominio conservador y provocó la renuncia del ex premier Stephen Harper al liderazgo de su partido. 

Varios mandatarios del mundo, incluido Enrique Peña Nieto, enviaron felicitaciones al nuevo Primer Ministro.

Relevancia para México

Canadá es el tercer socio comercial de México en el mundo y forma parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), el cual ha permitido que el comercio entre México y Canadá haya aumentado 900 por ciento desde que entró en vigor.

Además, Canadá se encuentra entre los 10 países preferidos por los mexicanos que desean estudiar una maestría en el extranjero y, en épocas más recientes, también se ha distinguido como un destino codiciado por aquellos que, cansados de la falta de oportunidades en México, desean emigrar a un lugar más ‘civilizado’.

De este último grupo algunos tardan hasta tres años en realizar con éxito el trámite para conseguir una visa de trabajo. El resto, hasta hace unos años, se aprovechaba de un hueco en la legislación migratoria para, justo después de arribar a Canadá como turistas, pedir asilo político y permanecer ahí de manera permanente.

El uso excesivo de esta práctica provocó, en 2009, que el gobierno conservador de Canadá comenzara a exigir visados de turista para todos los mexicanos que visitaban su país temporalmente. Esto, a pesar de que México es uno de los 10 países que más turistas envía a Canadá. 

Ante la presión diplomática, el gobierno de Stephen Harper anunció en abril que México se incorporaría en 2016 al programa de Autorización Electrónica de Viajes. 

Esto permitirá que los mexicanos que hayan tenido visa canadiense en los últimos 10 años o una visa de EU vigente no requieran el trámite para ir a Canadá como turistas.  

Con la llegada de los liberales resurge la posibilidad de que el proceso se agilice. Justin Trudeau, el flamante Primer Ministro de Canadá prometió en su campaña eliminar las visas para todos los turistas mexicanos. 

Relevancia internacional

México no es el único país donde la elección canadiense ha pasado un tanto desapercibida. 

El comediante británico John Oliver se mofó de la contienda canadiense exhibiendo ejemplos de varias figuras de la política de ese país, que se presentan como servidores públicos poco serios e intrascendentes. Entre ellos incluyó a Stephen Harper. 

Por una década, Harper se mantuvo al frente del país arguyendo una buena administración de la economía. 

El electorado canadiense lo mantuvo en el poder a pesar de sus controversiales declaraciones en contra del cambio climático, del aborto o del uso del velo musulmán (conocido como nicab o burka) en las ceremonias de nacionalización. 

El gobierno de Harper también decidió retirar a Canadá, uno de los países que generan más gases de efecto invernadero, del Protocolo de Tokio, al considerar que el CO2 no daña la capa de ozono. 

Recientemente, el ahora ex Primer Ministro, se pronunció en contra de recibir a desplazados sirios tras la crisis que se vive en el país medio oriental.

Un país antes considerado amigable, progresista en sus políticas y abierto a la diversidad cultural se volvió – durante el periodo de Harper – un ejemplo de que la xenofobia anacrónica de las derechas norteamericanas sigue vigente. 

La mala noticia para Harper comenzó cuando se anunció que la principal preocupación de los canadienses era la economía, la cual oficialmente había entrado en recesión. 

Después de esto, Harper recibió otro revés cuando la Corte decidió que la gente tiene derecho de vestir lo que le plazca – incluidos los velos musulmanes para cubrir el rostro – durante las ceremonias de otorgamiento de la ciudadanía canadiense. 

Harper concentró sus esfuerzos en apelar al sentimiento patriotero de quienes se sienten desplazados por la diversidad e insistió en prohibir el uso del nicab. 

Ese tipo de decisiones, sus constantes pronunciamientos contra el matrimonio gay, el aborto y su incapacidad para ofrecer soluciones pragmáticas para mejorar la economía, provocaron su derrota en las elecciones.  

Trudeau

Las esperanzas están puestas en Justin el hijo del célebre canadiense y fallecido ex Primer Ministro, Pierre Trudeau. 

Los votantes canadienses hartos del populismo ineficaz de Harper, esperan que Trudeau materialice sus promesas de campaña. 

En diciembre se llevará a cabo la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático en París y los expertos esperan que finalmente Canadá ponga de su parte y se sume al combate global contra la amenaza medioambiental. 

Las parejas del mismo sexo esperan contraer matrimonio legalmente y las mujeres liberales, esperan que el gobierno de Trudeau establezca las condiciones necesarias para que puedan elegir sobre su cuerpo. 

Harper basó su campaña en el miedo a lo no-canadiense. Intentó, en un periodo de crisis económica, apelar a este sentimiento para obtener el voto de sus conciudadanos. Trudeau apeló a la esperanza y a una conversación más madura sobre los diversos retos del país. 

El líder del partido liberal presentó con éxito un plan para reducir impuestos a la clase media, gobernar con un déficit de tres años para impulsar la economía y aliviar las tensiones provocadas por la austeridad. Pero no todo está resuelto para el nuevo Primer Ministro.

A pesar de su pedigrí político, el pasado del joven Justin Trudeau evidencia poca capacidad política y una irreverencia pública que ha rayado en lo ridículo.

Analistas canadienses coinciden en que Trudeau no heredó la capacidad intelectual de su padre y tienen dudas sobre su futuro desempeño al frente del país. 

Al final de la contienda, la imagen de Harper resultó más patética para los votantes, que la del candidato del partido liberal, quien también es conocido por su afición al box.

 Los próximos meses serán interesantes para saber si Trudeau aprendió las lecciones progresistas de su legendario padre y estará a la altura de las expectativas de todo un país y de sus socios alrededor del mundo.