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Después de que el Papa Francisco lo recibiera en una audiencia el lunes pasado, el Vaticano informó ayer su decisión de expulsar temporalmente de su diócesis al “obispo despilfarrador”.
En una declaración oficial, la sala de prensa de la Santa Sede dijo que “consideró oportuno” cesar momentáneamente a Franz Peter Tebartz-van Elst, obispo de Limburgo, protagonista de una encendida polémica tras ser acusado de despilfarrar el dinero de la Iglesia.
La controversia es por el costo de 31 millones de euros (42.6 millones de dólares) por la construcción de un nuevo complejo para la residencia del obispo y otras renovaciones.
Tebartz-van Elst se defendió con el argumento de que la factura abarcaba 10 proyectos, y que hubo gastos adicionales ya que los edificios reestructurados son patrimonio cultural.
Revisión a fondo
En septiembre pasado, el cardenal Giovanni Lajolo realizó una “visita fraterna” (una auditoría, en realidad) a Limburgo, tras la cual se acordó conformar una comisión que examine a profundidad el proyecto de construcción de la nueva sede episcopal.
El Vaticano estableció desde ayer a Wolfgang Rösch como vicario general en la ausencia del obispo.
(Con información de AP y Notimex)
La Iglesia no es un negocio
El Papa Francisco aclaró ayer que la Iglesia católica no es un negocio, ni es una agencia humanitaria o una Organización No Gubernamental, sino que su misión es llevar a todos el mensaje cristiano.
Jorge Mario Bergoglio hizo esta precisión ante más de 100 mil fieles que se congregaron el miércoles en la Plaza de San Pedro para seguir su catequesis semanal.
El pontífice dijo que la Virgen María es un modelo de fe porque al aceptar ser la madre de Cristo dio cumplimiento a todas las promesas de Dios realizadas al pueblo de Israel.
“María quiere darnos, también a nosotros, ese gran regalo que es Jesús: y con Él su amor, su paz, su alegría. Así hace la Iglesia: no se lleva a sí misma, pequeña, grande, fuerte o débil lleva a Jesús”, indicó.
(Fuente: AP)
