Dado que el gobierno en Brasil, a pesar de múltiples promesas, ha fracasado en frenar la tala clandestina en la selva amazónica, activistas han recurrido a nuevas tecnologías para combatir este urgente problema.
Como parte de una operación encubierta, defensores del medio ambiente colocaron de forma secreta aparatos de GPS en camiones que se sospecha son utilizados en la tala clandestina, reportó ayer el diario británico The Guardian.
De esta forma, los activistas se dieron cuenta de cómo los leñadores clandestinos están venciendo los esfuerzos para detener la deforestación en la selva tropical más grande del mundo.
La información dio cuenta de recorridos de más de 300 kilómetros a la profundidad de la selva para talar y recolectar troncos, y viajes durante la noche a aserraderos en el puerto amazónico de Santarém, de donde luego la madera es exportada a Europa, Estados Unidos, China y Japón.
Durante la operación hi-tech también se obtuvieron y analizaron imágenes aéreas y satelitales.
La información recabada fue entregada por Greenpeace Brasil a las autoridades, por lo que se espera que esta semana se realicen operativos por parte de las autoridades.
Culpan al Gobierno
A pesar de que en la última década la tasa de deforestación en la Amazonia iba a la baja, en 2013 se incrementó en casi un tercio. Ambientalistas culpan a un controversial cambio legislativo aprobado por la presidenta Dilma Rousseff.
Aproximadamente un quinto del total de la inmensa selva amazónica ha sido destruido en las últimas tres décadas.