Zonas Económicas en extinción
El proyecto impulsado durante la pasada administración para reducir las brechas económicas en el país dejará de existir, aunque el actual gobierno se puede apoyar del Tren Maya para detonar el desarrollo
Nayeli Meza OrozcoLa promesa se cumplió. Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) dejarán de recibir apoyo por parte del Gobierno federal condenándolas a su desaparición.
El anuncio fue dado a conocer por el presidente Andrés Manuel López Obrador con el argumento de que el proyecto creado durante el sexenio pasado no hizo “nada para ayudar” y a cambio se “derrocharon recursos”.
Por ahora, se desconoce cuál será la ruta que tomará el actual gobierno para impulsar el desarrollo económico de la región sur-sureste del país, en sustitución de las ZEE.
La premisa detrás de esta política era clara: instrumentar programas de fomento productivo, de atracción de inversiones y capacitación de la fuerza laboral con el objetivo de aumentar el ritmo de crecimiento en los estados menos favorecidos en el país, como Campeche, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, y Yucatán.
Se esperaba que las ZEE generarían casi medio millón de empleos en territorio nacional y atraerían inversiones cercanas a los 50 mil millones de dólares durante los próximos 20 años. Sin embargo, el proyecto se quedará a menos de la mitad de su ejecución, por lo que nunca se sabrá si pudo haber alcanzado el cometido de ser un mecanismo federalista y transexenal.
Aun cuando la noticia sorprendió a los principales industriales del país, especialistas consultados mantienen sus reservas, aunque con un sesgo optimista, sobre las acciones que se emprenderán para cerrar las brechas en territorio nacional una vez que se dé a conocer el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 en los próximos días.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), opina que la administración federal tomó la decisión porque las ZEEE no alcanzaron a lograr su objetivo y por ello ahora se deberá ejecutar otra clase de políticas para mejorar la productividad y competitividad.
“Las ZEE han funcionado en otros países y en México eran un buen proyecto, pero no se terminaron de ejecutar porque no se contaba con una visión de Estado y no se estaba preparado para tener a la política de desarrollo industrial y de desarrollo regional como un elemento estratégico en el impuso económico”, detalla el especialista.
Modelo internacional
En 2016, el Congreso aprobó la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales (LFZEE), en tanto que el Ejecutivo Federal emitió la declaratoria de cinco ZEE a finales de 2017 y dos más durante 2018.
Con esto se establecieron siete ZEE en diversas entidades: Lázaro Cárdenas-La Unión, que comparten Michoacán y Guerrero; Coatzacoalcos, Veracruz; Salina Cruz, Oaxaca; Puerto Chiapas, Chiapas; Puerto Progreso, Yucatán; Seybaplaya, Campeche y Dos Bocas, Tabasco.
Entre las vocaciones productivas de las zonas están la agricultura, automotriz, eléctrica, siderúrgica y Tecnologías de la Información (TI).
Edgar Rivero, especialista en economía del sector público, explica que estas regiones no pueden desaparecer solo por mandato presidencial, ya que fueron decretadas por el Ejecutivo, y también están respaldas por inversiones del sector privado.
“Lo que va a suceder es que el gobierno ya no va a destinar recursos a estas zonas, pero la Ley Federal sigue vigente. La postura del presidente es un poco contradictoria porque está cancelando apoyos federales hacia proyectos que tenían como objetivo combatir la pobreza, la desigudaldad y crear empleos”, comenta el maestro en Políticas Públicas por el ITAM.
Otros casos de éxito en Asia son Malasia, Corea del Sur, Sri Lanka y las Filipinas, mientras que en América Latina destacan Brasil y Panamá. Esta estrategia ha mostrado su efectividad para acelerar el desarrollo local en menos de la mitad de las zonas que se han establecido en el mundo, según la Autoridad Federal para el Desarrollo de las ZEE.
Posibles caminos
Los especialistas coinciden en que los ases bajo la manga del mandatario mexicano para impulsar el desarrollo del la región sur-sureste del país serán el Tren Maya, el proyecto Ferroviario del Istmo de Tehuantepec, y la construcción de una nueva refinería en Tabasco.
“Se prevé que casi todos los recursos y esfuerzos del gobierno se encaminen hacia el impulso de estos proyectos prioritarios. Pero en el largo plazo se deberá poner mucha atención a si esta estrategia fue capaz de generar industria y crecimiento económico para esa zona como se prometió”, dice José Luis de la Cruz.
México vive dos realidades: por un lado, con altas tasas de crecimiento y una economía global integrada, y, por otro, uno con un menor desarrollo y altos niveles de pobreza.
En la actualidad, más de 53 millones de personas, que equivalen al 43.6 por ciento de la población total, viven en condiciones de pobreza.
Edgar Rivero hace énfasis en que más allá de la posible desaparición de las ZEE, el gobierno ponga especial atención a un tema que lleva años pendiente en la agenda de los gobiernos: la pobreza.
“Lo más importante es que no se puede perder de vista que se tienen que implementar políticas que permitan un combate efectivo a la pobreza y que permita reducir las brechas de desigualdad, independientemente de cuál sea el instrumento”.