Ya no odies a tus jefes

Las teorías sobre los jefes, como muchos otros temas, son controversiales en el ámbito económico.

Una investigación conjunta de Edward Lazear y Kathryn Shaw, de la Universidad de Stanford, con Christopher Stanton, de la Universidad de Utah, titulada “El valor de los jefes”, encuentra que la realidad se asemeja más a la segunda visión.

Los académicos estimaron la productividad diaria de 23 mil 878 trabajadores con mil 940 jefes a lo largo de cinco años, lo que les da más de 5 millones 700 mil datos. 

Eduardo Flores Eduardo Flores Publicado el
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Las teorías sobre los jefes, como muchos otros temas, son controversiales en el ámbito económico.

Una investigación conjunta de Edward Lazear y Kathryn Shaw, de la Universidad de Stanford, con Christopher Stanton, de la Universidad de Utah, titulada “El valor de los jefes”, encuentra que la realidad se asemeja más a la segunda visión.

Los académicos estimaron la productividad diaria de 23 mil 878 trabajadores con mil 940 jefes a lo largo de cinco años, lo que les da más de 5 millones 700 mil datos. 

Encuentran que los jefes inciden mucho en la productividad. Es decir, que entre el mejor jefe y el peor, hay una brecha enorme.  Pero, ¿qué tanto?

Mayor productividad

Según los datos arrojados en la investigación, los jefes en el diez por ciento más alto de productividad (es decir, lo “mejores”), incrementan la productividad de todos los trabajadores en más del 10 por ciento. 

Tomando en cuenta que cada jefe supervisa en promedio a 9 trabajadores, se espera que un jefe promedio incrementa la producción en 1.75 veces. 

Interesantemente, esa diferencia también es en promedio la diferencia en salarios entre los jefes y sus subordinados.

Y más aun, los investigadores encuentran que los peores jefes tampoco se quedan mucho tiempo con el trabajo. 

En tal solo un año, el 10 por ciento de los peores jefes tienen 67 por ciento más probabilidades de salir de la empresa que todos los demás. 

Los resultados de la investigación pueden ser aprovechados por pequeñas y grandes empresas por igual. 

Por ejemplo, si estás considerando expandir tu capacidad, quizás sea más inteligente contratar a un mejor supervisor que a trabajadores adicionales. 

Los autores también explican que la diferencia entre un jefe bueno y malo es la habilidad que tienen para transmitir conocimientos. Resulta obvio que esto depende de la industria en la que te encuentras.

No obstante, la evidencia empírica sugiere que las ganancias pueden ser sustanciales con una buena gerencia.

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