Para poder alterar el curso del cambio climático se necesitan de inversiones nunca antes vistas, ya que ningún gobierno por sí solo podría resolver este problema. La tierra no se puede regenerar de la noche a la mañana y la sobreexplotación de recursos y los desastres naturales están cobrando la factura.
Hace 12 años, para contrarrestar este problema y rescatar los elementos derivados de la naturaleza, México tomó el ejemplo de otros países al implementar los bonos verdes, los cuales se convirtieron en las opciones más viables para financiar proyectos sostenibles públicos y privados que contribuyeran al desarrollo ambiental y social del territorio.
Alba Aguilar Priego, directora de nuevos mercados en MexiCO2, asegura que emitir un bono verde significa para cualquier empresa el compromiso para desarrollar proyectos que tengan impactos positivos en el medio ambiente o en la sociedad, pues no se trata de crear algo sostenible por moda o por posicionar a una marca, como muchos han creído.
“A este tipo de bono no puede acceder cualquier empresa, pues se tienen que cumplir con una serie de requisitos, entre ellos, el más importante, es que cumpla con la característica de ser un proyecto sostenible”
“Cuando se pone en marcha, una calificadora es la encargada de que la iniciativa se cumpla, aquí no puede haber dudas hacia donde se destinan los recursos porque cada año se reporta de manera detallada a los emisores de qué forma se utilizaron”, detalla Aguilar Priego.
Los sectores que son elegibles para la emisión de estos instrumentos, incluyen los proyectos sobre energías renovables, iniciativas para alcanzar una eficiencia energética, medidas para la prevención y el control de la contaminación, construcción de plantas eólicas, proyectos para el aprovechamiento de la energía solar, movilidad sostenible, tecnología para el reciclaje de materiales y economía ecológica.
México encabeza el ranking de emisión de bonos de este tipo en el mercado latinoamericano, en lo que va del año se han emitido cinco bonos verdes, un bono social y seis sustentables por un total de 32 mil 460 millones de pesos, de acuerdo con la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
32 mil
El año pasado, el gobierno de la Ciudad de México a través de las secretarías del Medio Ambiente (Sedema) y de Finanzas (Sefin), colocó en la BMV un bono verde por mil 100 millones de pesos que fue destinado a 27 proyectos clasificados en las categorías de transporte limpio (33.9 por ciento); eficiencia del agua y adaptación al cambio climático (17.9 por ciento) y manejo de líquidos residuales (48.2 por ciento).
La directora de nuevos mercados en MexiCO2 afirma que los bonos han funcionado en el país, gracias cada vez son más los empresarios que buscan invertir en este tipo de proyectos.
1,100
También porque los impactos positivos que han tenido en la CDMX son visibles, pues ayudaron a la creación de la línea 7 del metrobús, a poner luminarias, al manejo de agua y la infraestructura urbana, proyecto donde se ha visto un mayor potencial.
“Los emisores también han ayudado en proyectos que tienen que ver con energía renovable como es el caso de Nafinsa, proyectos verdes y sociales de Banobras, agricultura sostenible con Fira y el tema alrededor del manejo eficiente del agua con Rotoplas. Estas acciones deben seguir creciendo, se debe encontrar la manera para que el financiamiento sea el más atractivo para las ciudades y se pueda desarrollar infraestructura urbana”.
