Vuelve la gran potencia económica
El fortalecimiento del dólar es una tendencia global que responde a las condiciones actuales de la economía mundial.
En lo que va del año, la divisa estadounidense se ha apreciado 8.86 por ciento frente al yen japonés, 9.35 por ciento frente al euro y 37 por ciento frente al rublo ruso.
Analistas consideran que el mercado espera un alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos para mediados de 2015.
Indigonomics StaffEl fortalecimiento del dólar es una tendencia global que responde a las condiciones actuales de la economía mundial.
En lo que va del año, la divisa estadounidense se ha apreciado 8.86 por ciento frente al yen japonés, 9.35 por ciento frente al euro y 37 por ciento frente al rublo ruso.
Analistas consideran que el mercado espera un alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos para mediados de 2015.
Este endurecimiento contrasta con la postura de los bancos centrales de Japón y Europa. Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Japón están expandiendo sus hojas de balance mediante compras de activos con la finalidad de reducir las tasas de interés e incentivar el crédito.
Esto ha provocado un éxodo de capital hacia activos de Estados Unidos, lo que fortalece al dólar.
Aunado a esto, la revolución energética de Estados Unidos ha ayudado a reducir su déficit en balanza de cuenta corriente, teniendo un impacto positivo en la apreciación del dólar.
Estados Unidos representa un faro de luz de dinamismo económico en un contexto donde el crecimiento del resto del mundo se encuentra estancado.
En el segundo trimestre del año, el Producto Interno Bruto de la economía más grande del mundo se expandió 4.6 por ciento a tasa anualizada.
Desde el punto de vista de Nouriel Roubini, economista de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York y presidente de la firma Roubini Global Economics, la economía mundial es como un avión que necesita que todos sus motores funcionen. Actualmente, el único motor en marcha es el de Estados Unidos.
El panorama oscuro
Recientemente, la Comisión Europea recortó su pronóstico de crecimiento de este año para la Zona Euro a 0.8 por ciento.
Además, la región se ve amenazada por la deflación, fenómeno que puede cambiar las expectativas de gasto de los agentes económicos hacia posturas reticentes al consumo.
El Fondo Monetario Internacional calcula que existe un 38 por ciento de probabilidad de que la Eurozona entre en una recesión en los siguientes seis meses.
Japón ha experimentado tasas de magro crecimiento en las últimas dos décadas. Su estancamiento endémico se debe a una trampa de liquidez caracterizada por el nulo crecimiento de su nivel de precios.
El FMI recortó el pronóstico de crecimiento de Japón a 1 por ciento para el 2015.
China, la segunda economía más grande del mundo, está transitando desde un modelo de inversión hacia uno de consumo.
Esta transición busca combatir la denominada trampa del ingreso medio. El concepto explica que los países que crecen a partir de un modelo exportador de bajos salarios tienden a perder competitividad con el paso del tiempo.
El país asiático está registrando tasas de crecimiento menores a la de años anteriores, causando una baja en la demanda de materias primas.
Países dependientes de sus exportaciones de materias primas, como Brasil, enfrentan el reto del fin del llamado “boom de commodities”.
En este sentido, los exportadores de petróleo, como Venezuela, prevén un futuro gris ante la baja del precio del crudo de casi 25 por ciento desde junio.
A pesar de la situación de la economía mundial, David Kelly, jefe de Estrategia Global de Fondos de JP Morgan, considera que un dólar fuerte es positivo para la economía del planeta. Argumenta que la demanda se transfiere de Estados Unidos hacia el resto del mundo.
Países que basan su crecimiento en exportaciones de manufacturas se verán beneficiados por un mayor poder de compra relativo de los consumidores estadounidenses. El 80 por ciento de las exportaciones de México están dirigidas hacia Estados Unidos.