A inicios de junio pasado, decenas de adultos mayores protestaron en contra de la empresa Walmart tras el anuncio de que no se les permitiría volver como empacadores voluntarios a sus establecimientos. Los manifestantes cuestionaron su ética y acusaron discriminación por parte del corporativo y demandaron la necesidad de un trabajo digno en la vejez, pues “no son desechables”.
Dos meses después, el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) llegó a un acuerdo con la compañía para permitir el regreso de los trabajadores de la tercera edad, con la condición de que quedaría “sujeto a la disposición, capacidad y necesidades de cada tienda de autoservicio”, así como al avance a color verde en el semáforo epidemiológico de cada entidad.
Lo anterior, dejó en evidencia el fuerte impacto de la pandemia de COVID-19 en materia económica y laboral; pero, sobre todo, manifestó el sesgo de oportunidades que existen en el país hacia los adultos mayores de tener acceso a un trabajo digno y bien remunerado.
El Gobierno actual, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha hecho de su apoyo a la vejez un estandarte que, con el paso del tiempo, sí ha propiciado un aumento en la atención a este carrera contra el tiempo sector poblacional; sin embargo, no garantiza mejores condiciones de vida, pues prioriza la asistencia social sobre el desarrollo de actividades productivas que contemplen la experiencia y vitalidad de las personas que tienen 65 años o más.
Así lo señala el informe “Economía plateada: una mirada al futuro”, realizado por Francisco Alberto Pérez Pacheco y Alejandra Macías Sánchez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en el que indican que es importante reconsiderar el papel de los adultos mayores en las finanzas públicas y privadas.
Mediante el concepto de economía plateada, que hace referencia a toda actividad económica que satisface las necesidades de los adultos mayores de 50 años y más, incluidos los bienes y servicios que ellos compran de manera directa, y la actividad que su gasto genera posteriormente.
“Lo que estamos viendo es que la población está envejeciendo en el mundo, que en Europa este proceso de envejecimiento se dio durante alrededor de 60 años, pero que en la región de América Latina estamos envejeciendo más rápido. Vamos a tener más adultos de 65 años pronto, comparado con la población que está trabajando”, comenta Alejandra Macías, directora de investigación del CIEP.
Destaca que una de las consecuencias del envejecimiento acelerado por el que atraviesa el país es la caída de la tasa de fertilidad, pues se ha visto que en los últimos 20 o 30 años, el número de hijos que tiene una mujer ha caído bastante, “por ejemplo, en México, apenas estamos en la tasa de reemplazo que son 2.1 hijos por mujer, y eso quiere decir que si una mujer tiene menos hijos que ese promedio ya no reemplazas la población y empieza a cambiar tu pirámide poblacional”.
Condiciones difíciles para la vejez
La investigación presenta las condiciones de las y los adultos mayores en México, de acuerdo con los índices desarrollados por la Red de la Economía Internacional de la Longevidad (EIDLL, por sus siglas en francés), a través de tres pilares: demográfico; económico y sanitario; y políticas públicas, en materia económica y sanitaria, sobre el envejecimiento.
De este modo, respecto a las condiciones demográficas, revela que el país atraviesa un proceso de envejecimiento, pues, según datos publicados en 2019 por la ONU, para el año 2015 la edad media de los mexicanos era de 29 años y para 2050 será de 39 años.
En materia económica, el documento identifica que la pobreza se agudiza en la tercera edad, al reportar que 24.7 por ciento de adultos mayores de 65 años viven en condiciones de precariedad, pese a ser beneficiarios del sistema de pensiones, pues el apoyo no es suficiente para superar sus carencias.
“El Gobierno ha mostrado una ‘alta preocupación’ por mejorar la situación de las pensiones en México, ya que desde 2015 se han adoptado al menos tres medidas para mejorar las pensiones de los adultos mayores”, afirma el estudio, y agrega que en este rubro, acorde con la calificación del Ageing Society Policy Index, México logra la calificación más alta para el país, con 14.4 puntos de 17 puntos disponibles.
La especialista opina que el país se encuentra en un muy buen momento para iniciar el diseño de políticas públicas con la perspectiva de economía plateada y destaca que debe pensarse en las condiciones de las futuras generaciones, pues considera injusto hacer pagar a la siguiente generación de trabajadores por las pensiones de los adultos que ahora viven circunstancias complicadas, como el trabajo informal, el no cotizar para una pensión, y poco o nulo acceso a servicios de salud de calidad.