“México a la distancia no luce mejor, sino todo lo contrario: Un Estado acorralado por el crimen organizado y la violencia; un Gobierno obstinado y aferrado a un último suspiro. Un Estado en la indefensión total que privilegia la fuerza sobre la inteligencia, que sólo reacciona, pero no previene, y que hace de sus capos héroes de revista.
En Europa, la mayoría conoce perfectamente la historia de “El Mayo”, “La Barbie” y de Beltrán Leyva. Además, les causa una curiosidad casi perversa entender el misticismo pletórico de una figura como “El “Chapo”.
Aquí y muy probablemente en gran parte del mundo, la opinión pública tiene ya una impresión bien formada y generalizada sobre México. Para ellos, desafortunadamente, nuestro país es sinónimo de violencia, crimen, corrupción y muerte.
Lectores queridos, algo estamos haciendo muy mal porque la cara que el mundo conoce de nuestro país no se acerca ni un poco a la cotidianidad mexicana. Déjenme dejarlo claro, no estoy sugiriendo que somos un país en paz y con tranquilidad absoluta, pero tampoco tenemos los niveles de ingobernabilidad que existe en Irak, Siria o Afganistán.
Por ello, creo que aquí está justamente el tema de mayor prioridad para México en los años venideros. La estrategia de seguridad actual no ha funcionado y hay que modificarla, pero también sería un grave error que el próximo gobierno comenzara desde cero.
El desarrollo institucional de los cuerpos y agencias de seguridad representa un avance importante, ahora se tiene que hilar fino para prevenir la violencia y controlar a los criminales.
La seguridad es un bien común que se construye de abajo hacia arriba, y no entender este principio básico ha causado graves problemas. Lo que viene es construir desde los municipios y desde cada una de las entidades federativas, asignando responsabilidades y sanciones claras y específicas. Lo que necesitamos es cambiar el esquema de incentivos públicos para la cooperación.
En tanto la mal llamada “guerra contra elnarco” se entienda y se utilice como un instrumento político en vez de conformarse como una política de Estado, ningún actor estará dispuesto a construir a favor de la seguridad de todos los mexicanos.
Es un tema complejo y la curva de aprendizaje para México ha sido excesivamente costosa, sin embargo, mal haría el próximo gobierno en apartarse del camino institucional. Lo que toca es consolidar los avances institucionales y reinventar la política de combate a las drogas.
Mtro. Luis Esteban Islas Bacilio
Consultor Político. Originario de Pachuca de Soto, Hidalgo.
Especialista en temas de Seguridad.
Politólogo con experiencia sustantiva en planeación y desarrollo de proyectos, análisis de riesgo y políticas de seguridad internacional.
Se ha especializado en estudios de tráfico de drogas, violencia y crimen organizado, así como administración y resolución de conflictos, inteligencia estratégica y negociación.
Ocupó puestos ejecutivos tanto en la Presidencia de la República, en el Consejo de Seguridad Nacional, como en la Coordinación de Asesores de la Secretaría de Educación Pública.