El Gobierno federal desperdició la oportunidad para dar certeza a los mexicanos. En medio de la emergencia de salud mundial, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) rindió su informe trimestral correspondiente al segundo año de gobierno en el que se esperaba anunciara medidas concretas para la reactivación de la economía y salvar del desempleo a millones de personas.
Durante poco más de 50 minutos, el mandatario destacó algunos de los logros obtenidos en los últimos meses y detalló los ejes del Plan de Reactivación de la Economía del Gobierno de México frente a la pandemia.
En palabras del jefe del Ejecutivo los pilares para impulsar a México en lo que resta del 2020 son: mayor inversión pública para el desarrollo económico y social; empleo pleno, así como honestidad y austeridad republicana.
Aunque López Obrador aseguró que la recuperación del país se fomentará a través del aumento de la inversión pública la cual se destinará a la creación de empleos y al otorgamiento de créditos a pequeñas empresas y trabajadores que pertenecen a la economía informal, la realidad es que los recursos del gobierno son mucho menores a los del sector privado.
Al cierre del año pasado, la inversión privada representó el 18.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras la pública fue apenas del 2.7 por ciento, según cifras del Inegi.
El presidente aseguró que se tomó la decisión de no aumentar los precios de los combustibles, hecho que provocó que Pemex venda en este momento la gasolina en un 30 por ciento menos que antes de la contingencia por el Covid-19.
No obstante, el precio de venta de los combustibles en el país se determina por diversos factores, como la tasa del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), y la cotización del petróleo en el mercado internacional.
En la sesión de viernes, la mezcla mexicana se ubicó en 20.48 dólares por barril, luego de que en sesiones previas tocara mínimos históricos desde que se tiene registro.
Apostar por los pobres
El inquilino de Palacio Nacional aseguró que se invertirán 245 mil millones de pesos adicionales para la introducción de agua potable, drenaje, pavimento, así como la construcción y mejoramiento de 50 mil viviendas en zonas marginadas ubicadas en 50 municipios de la República Mexicana. Esto ayudará a la generación de 228 mil empleos directos, además de los beneficios a los habitantes.
A la fecha, el Programa Sembrando Vida da trabajo a 230 mil sembradores, pero con las medidas de apoyo a la economía por el coronavirus se ampliará a 200 mil campesinos más, también se darán apoyos directos a 190 mil pescadores.
Por su parte, el Fovissste y el Infonavit entregarán créditos de vivienda con un estímulo por el orden de los 177 mil millones de pesos, generando que 442 mil 400 trabajadores se beneficien.
Otra de las medidas de apoyo dentro del Plan de Reactivación de la Economía del Gobierno de México está que se continuará con el programa de estímulos fiscales en la zona fronteriza del norte del país.
Fiel a la promesa que hizo desde su campaña presidencial, López Obrador aseguró que no se aumentarán ni se crearán nuevos impuestos, y destacó que el IVA será devuelto lo más pronto posible, tal como lo solicitaron los empresarios.
Aun cuando el peso se ha depreciado alrededor de 23 por ciento en lo que va de este año, el mandatario manifestó que no se incrementará la deuda pública.
El tipo de cambio subió de 25.01 a 25.30 pesos por dólar entre las 17 y 17:55 horas de México el domingo, pero Gabriela Siller, economista en Jefe de Banco BASE, manifiesta que esto no puede atribuirse solo al anuncio del presidente, debido a que el precio del crudo a nivel internacional estaba cayendo y eso pudo presionar a la moneda mexicana.
“No obstante, los dos factores sumados de menor precio del petróleo y ausencia de una política fiscal expansiva tienen el potencial de llevar al tipo de cambio a un nuevo máximo histórico en las siguientes horas”, precisa la doctora en economía.
Insistir en proyectos prioritarios
Uno de los puntos que generaron mayor polémica es que se continuará con la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía, así como el plan de rehabilitar las seis refinerías y la construcción de Dos Bocas, en Tabasco, cuya inversión asciende a 160 mil millones de pesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En los temas relativos al sector energético, el jefe de Estado adelantó que se aumentará la producción de gasolinas en 400 mil barriles adicionales.
Respecto a Pemex en particular, la empresa dirigida por Octavio Romero Oropeza dispondrá de recursos extra por 65 mil millones de pesos, aunado a la reducción de su carga fiscal.
La meta es que en los próximos nueve meses se generen dos millones de empleos, mediante estas acciones, las cuales serán financiadas con los ahorros del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios y recursos de fideicomisos.
El plan de reactivación económica también se apoyará con los recursos que se obtengan de la eliminación de los aguinaldos de los funcionarios que se encuentren en puestos de subdirectores y superiores, incluyendo el del presidente, y se aplicará con mayor firmeza la austeridad republicana al interior de la actual administración.
A pesar de que los analistas esperaban un plan de acción con medidas concretas y que diera certeza al mercado, el presidente insistió en que esto es lo que necesita México para salir adelante y envió un mensaje contundente.
“No son tiempos para la depresión, son para la entereza. La esperanza es una fuerza muy poderosa, es como el bien. Y no duden: triunfaremos, estoy seguro de que muy pronto voy a convocar al pueblo a las plazas públicas del país para darnos de abrazos para seguir siendo libres, prósperos, humanos y fraternos”.
Plan de Reactivación Con mal sabor
Poco después de que el presidente terminara de rendir su mensaje, los representantes de las principales cúpulas empresariales manifestaron su descontento a través de redes sociales.
Gustavo A. de Hoyos, presidente nacional de Coparmex escribió en su cuenta personal de Twitter que el mandatario no anunció ninguna medida relevante para afrontar la crisis económica por el Covid-19 ni la reactivación.
“En plena emergencia, (el presidente) leyó una pieza de divulgación ideológica, embistiendo fantasmas del pasado y abandonando su deber como jefe de Estado para unir a la Nación”, escribió De Hoyos.
Al rechazo se sumó Francisco Cervantes, presidente de Concamin, quien también hizo público su descontento.