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El FMI advirtió que Argentina tiene hasta el 17 de diciembre para mejorar la calidad de su información económica
Ha trabajado en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el Banco de México y como director general de Negocios Globales de BBVA Bancomer
En septiembre, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, lanzó una advertencia a Argentina.
La presión de Lagarde es consecuencia del fuerte cuestionamiento internacional sobre la veracidad de las publicaciones económicas oficiales del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En los últimos años, la administración de Fernández ha sido criticada porque los datos oficiales de crecimiento e inflación son drásticamente distintos a los observados por investigaciones independientes.
Con la deuda soberana ligada a la inflación oficial, al subestimar la inflación se estaría incurriendo en menores pagos por la deuda emitida.
Cerca del 21 por ciento de la deuda gubernamental está ligada directamente con la inflación oficial, y aumenta en valor de acuerdo a la publicación mensual que provee el gobierno.
Atendiendo a la presión de parte de la comunidad internacional, Lagarde advirtió que Argentina tenía hasta el 17 de diciembre para mejorar la calidad de su información económica, o el FMI le podría “sacar la roja”, en un simil de ser expulsado en un partido de futbol.
Ante tales declaraciones, Fernández exclamó que no toleraría tal crítica de una organización que ella culpaba como cómplice del colapso económico de Argentina en el 2001 y era responsable de los problemas actuales en Estados Unidos y Europa.
Los ponen en evidencia
Mientras que el gobierno argentino publica una inflación anual para el final de octubre de poco más del 10 por ciento, estudios independientes analizan que la inflación real se acerca al 27 por ciento.
La revista The Economist publicó que dejaría de usar las cifras oficiales por su falta de veracidad.
La revista británica resalta que desde el 2007 la inflación manejada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos ha estado entre el 5 y el 11 por ciento anual, mientras que estudios de firmas financieras independientes muestran que la tasa anual ha sido un promedio de 24.4 por ciento, y una inflación acumulada del 137 por ciento en los últimos cinco años.
Argentina es el único miembro del G-20 que ha rechazado la petición del FMI de hacer una revisión de su economía nacional, como hace anualmente.
El elegido
Ante la renuncia del economista chileno Nicolás Eyzáguirre, antiguo ministro de Finanzas en Chile, como director del hemisferio oeste del FMI, la directora Chirstine Lagarde decidió apuntar hacia Alejandro Werner como su reemplazo, y entonces heredarle la responsabilidad de manejar la situación argentina.
Alejandro Werner, hijo de padres argentinos que emigraron a México, fungió como el director general de Negocios Globales con BBVA Bancomer. En el servicio público se ha desempeñado en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en el Banco de México.
En el 2008 fue reconocido como Young Global Leader por parte del Foro Económico Mundial. Será el segundo mexicano en alcanzar un alto cargo en el FMI, después de Agustín Carstens, quien fue subdirector del organismo 2003 al 2006.
El egresado del ITAM y doctorado en Economía por el MIT, tendrá la tarea de evaluar a 34 países del hemisferio oeste, entre ellas las estimaciones oficiales argentinas.
Werner debe asegurarse que la inflación oficial concuerde con las evaluaciones independientes, y que no se esté incurriendo en una manipulación de datos oficiales.
La fecha límite propuesta por Lagarde, del 17 de diciembre, se acerca, y la última publicación oficial aún muestra una discrepancia de más de diez puntos porcentuales entre la inflación presentada por el gobierno y el evaluado por firmas de finanzas independientes.
Según estimaciones de Bloomberg, la subevaluación de la inflación de Argentina le ha ahorrado al gobierno pagar casi 7 mil millones de dólares correspondientes a los inversionistas en bonos de deuda soberana argentina.
En base a las reglas del FMI en referencia a aquellos países que no provean información verídica, podrían suspender su derecho de acceso al fondo y limitar su derecho de voto dentro de la asamblea del organismo.
De tal forma, será el doctor Warner quien tendrá que sugerir el camino a seguir, en caso de que durante la semana próxima no exista un cambio drástico en la metodología de evaluación por parte del gobierno argentino.
Retos argentinos
Ante la creciente presión, tanto nacional como internacional, el gobierno argentino no aparenta hacer esfuerzos efectivos en favor de mejorar la veracidad de su información, sino que muestra un empeño en criticar las políticas del FMI sobre la restructuración de la deuda griega actualmente.
En la administración de la presidenta Fernández se han presentado varios casos en los que investigadores independientes son multados por publicar lo que ellos consideraban eran las verdaderas tasas de inflación, pero que el gobierno calificaba de falsas e ilícitas.
En conjunto, el gobierno argentino ha impuesto más de un millón de dólares en multas por faltas de tal tipo, que claramente buscan restringir a los investigadores independientes y a las firmas extraoficiales y hacerles desistir de la intención de continuar con sus estudios para mostrar la verdadera crisis inflacionaria.
Tras la postura del gobierno argentino a la crítica internacional, Werner deberá evaluar si el gobierno de Fernández merece ser presionado con sanciones económicas para incentivar la veracidad de sus publicaciones oficiales.
