Un radical en 
la Casa Blanca

Si hay un hombre al que México debe temer, ése es Peter Navarro, el director del recién creado Consejo Nacional de Comercio de Estados Unidos.

Navarro, doctor en economía por la Universidad de Harvard, representa un perfil inusual en el gabinete económico de la administración de Donald Trump por dos razones.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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Navarro es un economista con ideas heterodoxas que no encuentran resonancia en la corriente dominante de pensamiento económico. Su postura, que hace eco en la visión de mundo planteada por Stephen Bannon
“Los errores analíticos y las falacias presentadas son tan numerosas que sorprende cómo una persona con un doctorado en economía de Harvard pueda malinterpretar de manera fundamental los conceptos más básicos de la economía”
Daniel J. IkensonInvestigador del Cato Institute
“Supongamos que este año Estados Unidos renegocia exitosamente su acuerdo comercial con México (...) Esto se vería 
reflejado en mayores exportaciones, menor déficit comercial y mayor crecimiento”
Peter NavarroDirector del Consejo Nacional de Comercio de EU
“Lo que está escribiendo y diciendo no tiene nada que ver con la razón por la cual recibió su doctorado en Harvard (…) Hasta donde sé, no tiene idea de lo que está hablando en términos de política comercial”
Lee BranstetterProfesor de la Universidad Carnegie Mellon

Si hay un hombre al que México debe temer, ése es Peter Navarro, el director del recién creado Consejo Nacional de Comercio de Estados Unidos.

Navarro, doctor en economía por la Universidad de Harvard, representa un perfil inusual en el gabinete económico de la administración de Donald Trump por dos razones.

Primero, porque es el único académico en un gabinete que promete delinear el cambio de política económica más radical desde el gobierno de Ronald Reagan. Su acceso al presidente Donald Trump es directo.  La influencia ideológica de Navarro contrasta con el perfil operativo de otros miembros del gabinete como Gary Cohn, el ex presidente de Goldman Sachs que ahora funge como director del Consejo Económico Nacional.

Segundo, porque Navarro es un economista con ideas heterodoxas que no encuentran resonancia en la corriente dominante de pensamiento económico. Su postura, que hace eco en la visión de mundo planteada por el estratega en jefe de la Casa Blanca Stephen Bannon, es consistente con la retórica proteccionista a la que se atribuye el triunfo electoral de Trump.

La construcción de una “economía nacionalista”, término utilizado por Bannon en múltiples intervenciones públicas, es una prioridad para Navarro, el autor de los libros “Muerte por China” y “ Las próximas guerras chinas”.

Cuando Donald Trump ganó las elecciones en noviembre del año pasado, la primera advertencia de los analistas de riesgo fue que este evento aumentaba las probabilidades de un enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China, las dos mayores economías del planeta.

El artífice de esta percepción es Peter Navarro, referido por la revista The Economist como “un excéntrico dedicado a la destrucción de China”.

Sin embargo, este “excéntrico” ha dejado claro que la administración de Donald Trump contempla la reducción del déficit comercial como un enfoque prioritario de política económica.  Navarro argumenta que esto debe ser logrado a través de una renegociación inteligente de los tratados bilaterales de Estados Unidos.

Fundamentalista y equivocado

Esta semana, en una conferencia para la Asociación Nacional de Economistas de Negocios, Navarro resumió su visión económica en tres o cuatro planteamientos básicos: “Supongamos que este año Estados Unidos renegocia exitosamente su acuerdo comercial con México y México acepta comprar más bienes de Estados Unidos de lo que actualmente compra al resto del mundo.

Esto se vería reflejado en mayores exportaciones, menor déficit comercial y mayor crecimiento”.

La conferencia de Navarro se convirtió en un blanco fácil para las críticas de economistas en ambos lados del espectro político. La prensa estadounidense reporta que incluso ex asesores de Donald Trump han refutado la visión económica de Navarro como “simplista y errónea”.

Daniel J. Ikenson, del think tank Cato Institute,  sostiene que “los errores analíticos y las falacias presentadas como hecho son tan numerosas que sorprende cómo una persona con un doctorado en economía de la Universidad de Harvard pueda malinterpretar de manera fundamental los conceptos más básicos de la introducción a la economía”. Ikenson externa su preocupación dada la “potencialmente devastadora cantidad de influencia que Navarro mantiene en la Casa Blanca.

La crítica recurrente sobre la visión del director del Consejo Nacional de Comercio yace en su pobre entendimiento de la diferencia entre los factores que abonan al crecimiento económico y los componentes de la producción nacional.

Para Navarro, el crecimiento económico está compuesto por el consumo, la inversión, el gasto de gobierno y las exportaciones menos las importaciones.

En ese sentido, propone limitar el déficit comercial para alcanzar las metas de crecimiento de 4 por ciento anual que el presidente Trump prometió en campaña.

Las falacias de Navarro

Sin embargo, la realidad es más compleja. En primer lugar, de acuerdo a datos del Buró de Análisis Económico, el crecimiento económico y el déficit comercial están altamente correlacionados.  Durante los mejores años de expansión de la administración de Clinton (con tasas de crecimiento superiores al 4 por ciento anual, las mayores en tres décadas), el déficit comercial presentó su mayor incremento anual en la historia.  En cambio, la economía estadounidense registró un superávit comercial en  los años de la Gran Recesión de 2008 y 2009.

En segundo lugar, está ampliamente documentado que los principales factores que abonan al crecimiento económico son el crecimiento de la fuerza laboral y el crecimiento de la productividad por trabajador.

En tercer lugar, un déficit comercial debe estar acompañado con inversión foránea que financie la inversión doméstica, uno de los componentes de la producción a los que Navarro hace alusión en su análisis.

Ikenson documenta que la inversión de multinacionales estadounidenses en el exterior implica también una mayor inversión doméstica, patente en la alta correlación entre el gasto de capital de las firmas en Estados Unidos y en el exterior.

La profunda integración de la economía mexicana y la economía estadounidense es prueba de ello.

No obstante, México, un país que mantiene un superávit comercial de 63 mil millones de dólares al año con Estados Unidos, debe evaluar cuál es el alcance de la influencia de Navarro, un hombre al que sus críticos refieren como un hombre “ignorante y listo para la guerra”.

Los enemigos de Navarro

Déficit comercial de Estados Unidos en 2016: (Millones de dólares)

China

-$347,037

Japón

-$68,937

Alemania

-$64,865

México

-$63,191

Total:

-$734,331

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