El mandatario estadounidense Donald Trump firmó el decreto que impone aranceles de 25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio, para los países que quieran realizar importaciones.
En esta medida, que entrará en vigor en 15 días, tanto México como Canadá quedaron exentos.
“No tomamos acciones por elección sino por necesidad”, aseguró Trump desde el acto de la firma en la Casa Blanca, donde estuvo acompañado de trabajadores de la industria del acero.
Antes de la firma, el presidente había prometido mostrar “flexibilidad” ante los “verdaderos amigos” de Estados Unidos en la imposición de aranceles.
“Debemos proteger y construir nuestra industria del acero y aluminio mostrando al mismo tiempo gran flexibilidad y cooperación hacia aquellos que son verdaderos amigos y que nos tratan de manera equitativa tanto a nivel de comercio como de defensa”
Trump denunció prácticas comerciales que son una “agresión” para su país, donde la industria del acero y aluminio ha sido devastada por “prácticas comerciales extranjeras agresivas”, dijo al argumentar que esta medida es en combate al dumping que ha producido el cierre de fábricas estadounidenses.
El presidente sorprendió a propios y extraños luego de anunciar hace unos días su intención de gravar las importaciones de acero con un arancel de 25 por ciento y de 10 por ciento sobre las de aluminio, generando la renuncia de su principal asesor económico, Gary Cohn, y desatando la ira de muchos de sus aliados que analizan medidas de respuesta.
Incluso desató temores de una guerra comercial entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales, como Canadá, uno de los principales proveedores de acero.
The Washington Post aseguraba que Canadá y México serían excluidos de los aranceles durante 30 días, plazo que se podría prorrogar si avanzan las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Y decide reunirse con Kim Jong-un
El presidente de Estados Unidos aceptó “en el lugar y tiempo que se determine” la invitación del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un de reunirse con él, aseguró el enviado surcoreano en la Casa Blanca.
La petición fue entregada por un emisario surcoreano quien el martes pasado se reunió en Pyongyang con el mandatario Jong-un.
Trump, quien había aceptado que el encuentro había sido acordado para el mes de mayo, aseguró que la reunión iba a ser muy importante.
“Somos optimistas con este proceso diplomático y esperamos que no se produzcan los errores del pasado”, afirmó el legado.
La realización de una reunión directa entre Estados Unidos y Corea del Norte supone tanto un paso histórico, un triunfo de la presión ejercida contra Pyongyang en los últimos meses, y el inmenso poder que puede ejercer el eje Pekín-Washington.