Tiempos de desigualdad y crisis social

Millones de personas en México sufren carencias que se harán más profundas por la pandemia si no se implementan medidas que eviten un mayor deterioro en su situación económica
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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La crisis social en México es la más profunda e invisible. Toda la población padece los estragos del Covid-19, sin embargo, algunos grupos están más expuestos por su alto grado de marginación.

Prueba de ello son las trabajadoras y trabajadores que hablan una lengua indígena, aproximadamente 4.6 por ciento de la población; los que tienen alguna discapacidad (4.5 por ciento), y los adultos mayores (4.1 por ciento).

De igual forma, las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo provenientes de Centroamérica y el Caribe se enfrentan a mayores desafíos, ya que en periodos de crisis sus derechos son más violentados e invisibilizados.

Otros afectados son los trabajadores que emigraron hacia otras partes del país para realizar trabajos en el campo, turismo o la construcción y perdieron sus empleos por esta emergencia y ante la falta de una fuente de ingresos están regresando a sus lugares de origen.

En el caso de los que laboran en Estados Unidos frenaron el envío de remesas hacia sus familias y esto también presiona la situación de sus seres queridos.

Los jóvenes de la comunidad LGBTTTI se enfrentan a tratos hostiles y discriminatorios. Hasta el 27 de marzo, la organización It Gets Better México tenía registrados al menos 15 personas expulsadas de sus casas.

Dentro de la crisis social también se encuentra la violencia de género, la cual ha aumentado entre el 30 y el 100 por ciento, de acuerdo con reportes en las entidades federativas.

Diego Vázquez, gerente de investigación de Oxfam México, considera que la crisis social es la más invisible y su origen está en el clasismo y racismo, así como en la falta de mecanismos que protejan a la ciudadanía.

Aunque a nivel médico la pandemia está afectando a todos por igual, las repercusiones del Covid-19 son diferentes entre las personas con alguna desigualdad. Por ejemplo, quienes viven sin ninguna red de protección social están más expuestos a sufrir las consecuencias
Diego VázquezGerente de investigación de Oxfam México

Tomar acciones concretas contra la crisis social

Oxfam México publicó el informe “Vivir al día: medidas para combatir la epidemia de desigualdad en México” en el que se detalla que si no se ponen en marcha medidas que garanticen condiciones de seguridad y empleo digno, las carencias de muchas personas, que clasifica dentro de los grupos más vulnerables, aumentarán con la pandemia.

La confederación internacional también advierte que la situación en el territorio nacional es grave, porque el sistema de salud lleva décadas en el abandono, existen altos niveles de pobreza y la persistencia de la desigualdad convirtieron a la emergencia de salud en una crisis tripartita: sanitaria, económica y social.

El sistema de salud público no cuenta con personal, equipo, así como la infraestructura necesaria para atender todos los contagios que la Secretaría de Salud (Ssa) estima que generará la pandemia.

En pocas palabras, cuando los hospitales queden rebasados muchos mexicanos no recibirán el tratamiento adecuado, por lo que es probable que pierdan la vida.

En materia económica los efectos del Covid-19 ya se hicieron presentes con la pérdida masiva de empleos (más de 346 mil puestos de trabajos formales al 8 de abril).

Vázquez asegura que lo más importante es que las personas mantengan su empleo con un salario digno para sobrellevar la cuarentena y si se contara con un sistema de seguridad social universal no sería necesario tomar medidas extraordinarias como las que se han anunciado desde el Gobierno federal y la iniciativa privada.

La pobreza en México es un mal constante y con el paso de los años las brechas se profundizan: el número de personas en esta situación pasó de 49.5 a 52.4 millones entre 2008 y 2018, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Aunque en ese periodo 24 entidades federativas tuvieron una reducción significativa, el mayor reto aún es el sureste del país, ya que en esa región se concentran las entidades con el mayor porcentaje de población en condiciones marginales.

La lista la encabeza Chiapas (77.0 a 76.4 por ciento), le sigue Guerrero (68.4 a 66.5 por ciento), en tercer lugar Oaxaca (61.8 a 66.4 por ciento) y después Veracruz (51.2 a 61.8 por ciento).

Si no se impulsan medidas que rindan frutos, Diego Vázquez advierte que las personas con un mayor grado de rezago sufrirán la peor parte de esta pandemia no solo hoy, también en el largo plazo.

“La precarización laboral empeorará porque los actuales programas prioritarios del gobierno no están cubriendo a un segmento de la población en situación de pobreza y eso puede generar que la crisis social en México se agudice”.

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