Tasa corporativa global, freno a las multinacionales
Las naciones más industrializadas llegaron a un acuerdo para avanzar hacia el incremento de la tasa corporativa mínima global ante la creciente tendencia de migrar de las compañías y con ello evitar el pago de altos impuestos
María Fernanda NavarroLas naciones más prósperas del mundo quieren doblegar a las compañías multinacionales más poderosas, sobre todo las de tecnología y farmacéuticas. El fin de semana pasado los ministros de finanzas de los siete países más industrializados del planeta acordaron impulsar la creación de una tasa corporativa mínima global de no menos de 15 por ciento, que busca evitar que las empresas trasladen sus ganancias e ingresos fiscales a países donde se cobran pocos impuestos.
Se trata de hacer al sistema global fiscal a la medida de la nueva era digital y sobre todo “asegurarse que sea justo y las compañías adecuadas paguen los impuestos adecuados en los lugares adecuados”, señaló Rishi Sunak, Ministro de Hacienda de Reino Unido al concluir la reunión de los ministros de Exteriores y de Finanzas de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
“Quiero agradecer a mis colegas ministros de finanzas del G7 por su liderazgo colectivo y su apertura para trabajar juntos y aprovechar este momento para alcanzar un trato histórico que finalmente trae nuestros impuestos globales al siglo 21”, explicó Sunak a través de un video publicado en su cuenta de Twitter.
Actualmente hay una fuerte tendencia de grandes compañías a migrar para evitar el pago de altas tasas impositivas en los países de las que son originarias.
El impuesto aplicaría a las ganancias obtenidas por las empresas en el extranjero sin importar los impuestos que imponen los gobiernos de esos países en los que están asentados. Los principales destinatarios de estos posibles cambios son las multinacionales tecnológicas y farmacéuticas que durante los últimos años han visto crecer sus ingresos a través de fuentes intangibles como patentes de medicamentos, software y regalías sobre propiedad intelectual.
Previo al anuncio del G7, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) abogaron por la integración de estos gravámenes, así como tasar ingresos o patrimonios elevados a través de impuestos a las ganancias de capital, la propiedad y la herencia.
Janet Yellen, Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, también se ha pronunciado a favor de un plan para incrementar los impuestos corporativos con el objetivo de contar con recursos para las ambiciosas inversiones en infraestructura que el gobierno de su país quiere llevar a cabo para subsanar la economía estadounidense impactada por la pandemia de COVID-19.
El plan del gobierno encabezado por Biden propone incrementar el impuesto corporativo de 23 a 28 por ciento, fortalecer el impuesto mínimo global para las multinacionales, además de alentar a otros países a adoptar fuertes impuestos mínimos sobre las corporaciones y negar deducciones a las empresas con sede en otros países que “busquen sacar ventaja” de su estancia en Estados Unidos.
La propuesta también incluye medidas de prevención para que las empresas estadounidenses eviten invertir en paraísos fiscales, eliminar preferencias fiscales a empresas de combustibles fósiles y evitar que las grandes corporaciones aprovechen lagunas del código fiscal para beneficiarse.
En tanto que, en una entrevista radiofónica, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, señaló que en México se podría integrar la tasa corporativa mínima a partir de 2022 debido a que se trataría de un acuerdo mundial, pero dijo que se tendrá mayor claridad acerca de cómo operaría el impuesto.
Tasa corporativa global, una barra muy baja
Las intenciones y promesas de las organizaciones que integran a países industrializados o en desarrollo rumbo a incrementar la tasa corporativa mínima global fueron desestimados por OXFAM al afirmar que se trata de un impuesto “suave” y pone “la barra tan baja que las empresas pueden pasar encima de ella”.
Además apunta que en un mundo que transita por una pandemia y desesperada situación económica el G7 “desvió la mirada” de las grandes ganancias de los corporativos y no ha podido establecer un camino para recuperar las “devastadas” arcas de los gobiernos.
Cálculos de esta organización advierten que el número de pobres en el mundo pudo haber aumentado entre 200 y 500 millones el año pasado, mientras que la revista estadounidense Forbes en su publicación anual de Billonarios advierte que sus integrantes aumentaron su fortuna en cinco billones de dólares en 2020.