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El número de mexicanos que utilizan tarjetas de crédito aumenta a un ritmo muy lento, mientras que las tasas de interés se mantienen en las nubes.
El último reporte del Banco de México (Banxico) sobre indicadores básicos de tarjeta de crédito destaca la gran diferencia entre la tasa de interés objetivo y la que utilizan en la práctica los bancos.
De acuerdo al informe anual que analiza los datos recolectados a junio del 2013, la tasa de interés promedio que utilizan los bancos en México es del 37.9 por ciento. En comparación, la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) a un día es de 3.5 por ciento.
Esta diferencia es relevante debido a que la TIIE sirve como referencia para diversos instrumentos financieros como lo son las tarjetas de crédito.
En otras palabras, la tasa que Banxico establece como el objetivo al cual los bancos deben prestar dinero está ampliamente rebasada por la realidad del mercado mexicano.
La mayoría de las personas que usan tarjetas de crédito no paga a tiempo sus deudas y se ve atrapada por las altas tasas de interés de los bancos.
Alrededor del 67.1 por ciento de los tarjetahabientes son clasificados por Banxico como “no totaleros”, es decir, como personas que pagan intereses.
Los clientes no totaleros también registraron un aumento del 4 por ciento en comparación con el 2012 y su saldo se incrementó en un 9.2 por ciento.
A menudo el sector bancario ha justificado sus altas tasas de interés bajo el argumento de que en México no existe la seguridad jurídica de cobrar los préstamos que se otorgan al público.
En ese sentido, parte de la reforma financiera promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto y aprobada el año pasado tiene como uno de sus principales objetivo facilitar la cobranza de las instituciones bancarias.
Sin embargo, la diferencia entre casi 35 puntos porcentuales de la tasa objetivo y la bancaria representa un gran costo para la población. Lo anterior puede explicarse porque en las encuestas del Banco Mundial los mexicanos destacan por acudir a fuentes de financiamiento informales, tales como pedirle prestado a un familiar o participar en “tandas”, antes de acudir a una institución financiera.
De acuerdo con diferentes analistas, más del 80 por ciento de la población no se encuentra dentro del sistema financiero y tampoco tiene una cuenta de ahorro.
El evidente atraso en los índices de bancarización afecta a otras industrias y negocios que a veces dependen de que sus clientes cuenten al menos con una tarjeta de crédito.
Contratos engañosos
El tema de las tarjetas en nuestro país siempre genera polémica. La semana pasada la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) publicó que los bancos más importantes de México mienten acerca de los términos que ofrecen en sus créditos.
Con el propósito de engañar a sus clientes, los bancos realizan contratos dobles al momento de ofrecer sus tarjetas de crédito. También registran datos incorrectos acerca del valor de las tasas de interés y las comisiones correspondientes, por lo que podrían ser acreedores a una multa de hasta 32 millones de pesos en conjunto.
Al momento de solicitar información, la Condusef afirma que los bancos reportaron documentos al organismo que no correpondían a los que entregaban a los clientes.
Más de la mitad de las quejas que se presentan ante el organismo regulador corresponden a problemas con tarjetas de crédito.
La evaluación presentada señala a BBVA Bancomer como el peor calificado por los usuarios con una puntación de 2.8 sobre 10.
Los clientes de Bancomer no reciben la versión actualizada del Registro de Contratos de Adhesión al momento de realizar sus operaciones.
A pesar de los problemas con el sistema financiero, las tarjetas de crédito tuvieron un leve incremento durante el úlitmo año.
Banxico reporta que a junio del 2013 se contabilizaron más de 16 millones de tarjetas, lo que equivale a un incremento del 7.5 por ciento con respecto al mismo mes del 2012.