Suspensiones chinas

Una parte significativa de las empresas chinas está eligiendo enfrentarse a la tormenta que se vive en sus mercados financieros de forma inusual: simplemente han elegido salirse temporalmente de éstos.

Culpando “la baja irracional en el mercado” accionario, casi 800 de las aproximadamente 2 mil 800 empresas listadas en la Bolsa de Valores de Shanghái o en la Bolsa de Valores de Shenzhen han suspendido temporalmente la cotización de sus acciones, según reporta el diario oficial Securities Times.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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Una parte significativa de las empresas chinas está eligiendo enfrentarse a la tormenta que se vive en sus mercados financieros de forma inusual: simplemente han elegido salirse temporalmente de éstos.

Culpando “la baja irracional en el mercado” accionario, casi 800 de las aproximadamente 2 mil 800 empresas listadas en la Bolsa de Valores de Shanghái o en la Bolsa de Valores de Shenzhen han suspendido temporalmente la cotización de sus acciones, según reporta el diario oficial Securities Times.

Bajo las reglas de las bolsas de Shanghái y Shenzhen las empresas pueden frenar la cotización de sus acciones a la espera de un anuncio que mueva los mercados, como lo sería la publicación de nuevos grandes proyectos.

Pero la agencia de noticias Reuters reporta que estas suspensiones, que equivalen a alrededor del 28 por ciento del total de empresas listadas en las dos bolsas de valores chinas, se deben simplemente a que estas empresas intentan protegerse de la caída que el mercado está experimentando.

Mala imagen

El portal Quartz señala que técnicamente estas empresas podrían mantener suspendida la cotización de sus acciones durante meses, dándole tiempo suficiente al mercado para corregir su descenso.

Pero aunque la prolongación de estas suspensiones protegería la salud financiera de las empresas, esto “no le dará a los inversionistas mucha confianza en el gobierno corporativo de estas empresas”.

Esta advertencia se une a la de otros expertos, que ven las medidas de impulso anunciadas e implementadas por el gobierno chino como una obvia y desesperada maniobra de control económico.

Esta preocupante imagen contrasta con el discurso de reforma y apertura económicos presentado al inicio del mandato del presidente chino Xi Jinping.

En 2013, Xi dijo que China tenía que “profundizar la reforma del sistema económico al centrarnos en el rol decisivo del mercado en la alocación de recursos”. Pero casi dos años más tarde, las acciones de su gobierno parecen decididas a controlar (inefectivamente, hasta el momento) el curso del mercado.

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