Siguen los recortes

El crecimiento de la economía es el mayor reto de política económica del país. En los últimos treinta años, el Producto Interno Bruto (PIB) de México ha crecido a una tasa promedio anual de 2.3 por ciento.

El pronóstico de este año no se encuentra muy lejos de lo habitual. La última encuesta sobre expectativas de los especialistas en economía del sector privado que realiza el Banco de México revela que la expansión esperada del PIB para el cierre de 2015 pasó de 2.6 por ciento en junio a 2.55 por ciento en julio.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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El principal obstáculo de crecimiento para México es la inseguridad, según los economistas encuestados por el Banco de México

El crecimiento de la economía es el mayor reto de política económica del país. En los últimos treinta años, el Producto Interno Bruto (PIB) de México ha crecido a una tasa promedio anual de 2.3 por ciento.

El pronóstico de este año no se encuentra muy lejos de lo habitual. La última encuesta sobre expectativas de los especialistas en economía del sector privado que realiza el Banco de México revela que la expansión esperada del PIB para el cierre de 2015 pasó de 2.6 por ciento en junio a 2.55 por ciento en julio.

Esto representa el onceavo recorte consecutivo de la expectativa de crecimiento de la economía del país.  El pronóstico de expansión del PIB para 2016 también se redujo marginalmente, situándolo en 3.19 por ciento.

La encuesta hace referencia a que la expectativa de crecimiento promedio anual para los siguientes diez años será de 3.62 por ciento. La cifra supera los niveles actuales, pero se ubica por debajo de la promesa gubernamental de que la economía crecería a tasas de cinco por ciento a finales de este sexenio.

Los especialistas refirieron que el principal factor que obstaculiza el crecimiento de México  continúa siendo el problema de la inseguridad pública. 

El segundo factor citado fue la debilidad del mercado externo y el difícil entorno de la economía mundial.  Analistas argumentan que la lenta recuperación europea, la crisis de deuda de Grecia y la desaceleración de la economía de China se ven reflejados en una débil demanda que ha incidido en una reducción del comercio global.

Por otro lado, después de que en la primera quincena de julio se registrara la menor inflación en la historia, los especialistas del sector privado corrigieron a la baja su pronóstico de inflación para final de año: de 2.91 por ciento a 2.82 por ciento. 

¿Hacia dónde se dirige el peso?

La incertidumbre cambiaría hizo su primera aparición en cuatro meses como uno de los factores que podrían obstaculizar el crecimiento del país. A pesar de que sólo recibió el 3 por ciento de las menciones, la coyuntura reciente de depreciación del peso ha hecho eco en la perspectiva que se tiene de la economía.

En relación al mes pasado, el pronóstico del tipo de cambio para finales de año se elevó de 15.26 pesos por dólar a 15.64 pesos por dólar. A pesar del incremento, la expectativa se ubica en un nivel significativamente menor que los 16.10 pesos a los que cotizaba el dólar spot ayer hacia el mediodía.

El pronóstico del tipo de cambio para el siguiente año se ubicó en 15.37 pesos por dólar, un incremento de 36 centavos frente a la expectativa del mes pasado.

El consenso de economistas sugiere que la depreciación de la divisa mexicana frente al dólar se debe en gran medida a la expectativa de alza de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, la baja en el precio del petróleo y la facilidad para vender el peso.

La Comisión de Cambios, integrada por miembros de Banco de México y la Secretaría de Hacienda, anunció una inyección mínima de ocho mil millones de dólares en 42 días hábiles para asegurar la liquidez del mercado. 

Esto presiona el precio del dólar hacia abajo, amortiguando una posible depreciación desordenada. 

Ernesto O’Farril, director de análisis y estrategia de la casa de bolsa Actinver, argumenta que es posible ver al tipo de cambio en un nivel debajo de los quince o los catorce pesos por dólar al cierre de 2016: la recuperación del precio del crudo, la llegada de inversiones de las reformas estructurales y el fin del efecto del ajuste del alza de las tasas de interés impulsarían al peso en el mediano plazo

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