El Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) vive sus últimos momentos en la pista de baile. La secretaria de Economía Graciela Márquez confirmó algo que ya se esperaba: el organismo creado en 2013 por decreto presidencial desaparecerá, pero los apoyos al ecosistema continuarán durante la presente administración.
“Lo vamos a extinguir”, fue la breve declaración que dio la funcionaria tras su participación en el arranque de un programa para impulsar el empleo juvenil entre el Gobierno federal y el sector privado.
Al enterarse, algunos emprendedores expresaron su rechazo, en tanto que otros jugadores se mostraron un poco más optimistas al considerar que esto obligará a los integrantes del ecosistema a profesionalizarse y buscar otras alternativas de financiamiento más allá del gobierno.
Reporte Índigo se puso en contacto con la Secretaría de Economía (SE) y con Inadem, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
“Hay algunas cosas que van a ser positivas porque al cambiarle a los emprendedores el triciclo por la bicicleta la situación será diferente. Ya no vamos a tener al gobierno detrás subsidiando la labor de muchas empresas y esto les va a exigir a sus directores ser más profesionales”, comenta el integrante del despacho de abogados especializado en firmas de tecnología con sede en la Ciudad de México.
En el caso de los emprendimientos de alto impacto, Hernández explica que al cambiar su estrategia deberán salir en busca de capital en otros mercados, como en Silicon Valley, donde se encuentran algunos de los mayores y mejores inversionistas a nivel internacional.
Otro de los puntos que el socio fundador del despacho destaca es que el reto no será únicamente para los emprendedores de a pie, también lo será para las incubadoras y fondos de venture capital que recibían recursos provenientes del Fondo Nacional del Emprendedor (FNE), a cargo del Inadem, debido a que el sistema nacional experimentará una depuración.
“Sólo aquellos que cuenten con estándares óptimos son los que van a poder seguir adelante con sus programas, además de que les van a pedir un mayor esfuerzo a los emprendedores porque si pierden dinero nadie se los va a devolver”, precisa Juan Luis Hernández.
Transformación necesaria
Gabriel Rivera, director de Altitud Sofom, expone que la operación del Inadem, como cualquier otro organismo, tiene claroscuros. Pero al compararlo con el Fondo Pyme, que se creó en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, es mucho mejor.
“Es complicado tomar una postura porque hay cosas buenas que se realizaron, pero también hay áreas de mejora en el instituto”, dice el emprendedor al otro lado de la línea telefónica desde Monterrey.
Las reglas de operación del actual instrumento son más sencillas, así como el acceso a la información y la transparencia que se le dio a la entrega de los recursos.
También se abrió la puerta para que jugadores con negocios tecnológicos pudieran gozar de los mismos beneficios que las pequeñas y medianas empresas tradicionales.
A pesar de que el número de solicitudes de apoyo y proyectos aprobados por el FNE creció durante estos años, el directivo destaca que hubo algo no tan favorable: la centralización del financiamineto.
“Si eres emprendedor y vives en Ciudad de México es más fácil que puedas recibir un apoyo. En cambio, aquellos que viven al interior de la República Mexicana obtienen capital a cuentagotas”, agrega Rivera.
Las cifras no mienten. El monto asignado a la capital del país por la vía de subsidios de inversión excluyendo programas de garantías fue de 357 millones de pesos (mdp) en 2016, de acuerdo con las últimas cifras disponibles en la Coordinación General de Planeación Estratégica, Evaluación y Seguimiento del Inadem.
Por el contrario, en estados como Morelos se asignaron 56.3 mdp; en Durango poco más de 66 millones; en Aguascalientes 88 mdp, mientras que en Nuevo León se destinaron 88 millones de pesos.
A la espera
Desde sus inicios hasta la fecha, los recursos aprobados para el ejercicio del Instituto Nacional del Emprendedor sufrieron un importante recorte, situación que poco a poco fue limitando sus funciones y operación, así como la creación de nuevos programas y convocatorias.
Durante su primer año de existencia, el organismo recibió 7 mil 291 mdp, monto que aumentó considerablemente un año después en 2014 cuando se le asignaron 10 mil 088 mdp, el mayor monto en su existencia, luego de que recibiera una partida adicional del Fondo Frontera y del programa Crezcamos Juntos.
Sin embargo, en 2015 los recursos cayeron un 20 por ciento para ubicarse en 9 mil 188 mdp, tras la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación.
En su última asignación, para el ejercicio de 2018, el instituto contó con 4 mil 137 mdp, la segunda cantidad más baja desde 2013.
Aun con los tropiezos que ha experimentado el organismo desde su fundación Bernardo Alarcón, cofundador de Query, considera que la desaparición del instituto no está justificada, pero adelanta que se mantendrá atento a los movimientos de la secretaría a cargo de Graciela Márquez cuando se comiencen a otorgar los 3 mil millones de pesos en microcréditos que la funcionaria detalló que se entregarán para apoyar al ecosistema. Aunque, por ahora, el futuro del Inadem es incierto.
“Es una mala idea, más que desaparecerlo deberían mejorar los errores que se han cometido en el pasado porque hay emprendedores que estamos trabajando por el bien de México”.