¡Salud! para los extranjeros

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha tenido puntos fuertes y débiles. Reporte Índigo publicó ayer cómo el acuerdo pactado con Estados Unidos y Canadá ha provocado desastres en el campo mexicano principalmente por prácticas de dumping. 

El resultado fue una dependencia nacional a productos agrícolas caros estadounidenses y el descuido de nuestra producción campesina.

Sin embargo, otras industrias se han beneficiado de la estrechez de relaciones con los vecinos del norte. 

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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Años han transcurrido desde la entrada en vigor del TLCAN en México, Estados Unidos y Canadá
Considerar la exportación de la cerveza en la balanza comercial agrícola de México sería un error, pues el país ni siquiera tiene la capacidad de producir la cebada necesaria para elaborar la malta que se utiliza en la manufactura de esta bebida
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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha tenido puntos fuertes y débiles. Reporte Índigo publicó ayer cómo el acuerdo pactado con Estados Unidos y Canadá ha provocado desastres en el campo mexicano principalmente por prácticas de dumping. 

El resultado fue una dependencia nacional a productos agrícolas caros estadounidenses y el descuido de nuestra producción campesina.

Sin embargo, otras industrias se han beneficiado de la estrechez de relaciones con los vecinos del norte. 

No cabe duda que las exportaciones se han acelerado desde la entrada en vigor del TLCAN hace 20 años. 

Asimismo la apertura a las maquiladoras ha generado una fuente constante de empleos. 

El problema es que, a menudo, los beneficios principales de esta transformación han quedado en manos de extranjeros.

El ejemplo más representativo de lo anterior se vive en la industria cervecera. De acuerdo con estudios publicados por Timothy A. Wise, director de investigación de políticas en el Instituto Global de Desarrollo y Ambiente de la Universidad de Tufts, el déficit comercial agrícola de México puede ser fácilmente revertido si se toman en cuentan las exportaciones de cerveza.

Sin embargo, Wise afirma que tomar en cuenta a la cerveza como una historia de éxito para el sector agrícola mexicano dentro del TLCAN sería distorsionar la realidad. Si bien la bebida alcohólica es considerada como un producto del campo, la verdad es que la industria nacional depende de la importación de malta de cebada de Estados Unidos.

En otras palabras, el campo mexicano juega un rol insignificante en la producción de cerveza. Considerar su exportación en la balanza comercial agrícola sería un error ya que el país ni siquiera tiene la capacidad de producir la cebada necesaria para elaborar la malta que se usa en la manufactura de cerveza en nuestro territorio.

Al contrario con lo que algunos especialistas opinan, Wise afirma que los más grandes beneficiados del boom cervecero que trajo consigo el TLCAN fueron los agricultores de Estados Unidos.

El país se ha convertido en un tipo de maquila para cervezas donde el principal valor agregado del producto final que aportamos los mexicanos es la mano de obra barata que sirve para embotellar.

Por si fuera poco, el 98 por ciento del mercado cervecero en México es controlado solo por dos grandes empresas: Grupo Modelo y  Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma. 

Ambas compañías han pasado a manos de capitales extranjeros mediante adquisiciones. Modelo ahora forma parte de la belga-brasileña Anheuser-Busch InBev (Ab-Inbev) y Cuauhtémoc es de la holandesa Heineken.

Ya sea por las personas que controlan la producción o que manejan sus ventas, los beneficiados de la industria cervecera nacional y su expansión son los extranjeros.

Brindis por México

Los extranjeros siguen brindando a la salud de México. La cerveza producida en el país deja ganancias millonarias a los foráneos.

Constellation Brands, la más grande productora de vino en el mundo, tuvo un incremento en ventas del 94 por ciento en su tercer trimestre del 2013 en su comparación anual. A pesar de que su principal negocio es el de vinos y licores, las utilidades se dispararon gracias a la venta de cervezas mexicanas.

Antes de que Ab-Inbev comprara a Grupo Modelo, la producción y distribución de sus marcas de cerveza eran compartidas entre la empresa mexicana y Constellation Brands. Sin embargo, una vez que se consolidó la adquisición, el organismo de competencia en Estados Unidos obligó a Ab-Inbev a otorgar todos los derechos en Estados Unidos de la cerveza mexicana.

Mientras tanto en nuestro país Heineken y Ab-Inbev heredaron el monopolio cervecero cultivado por sus antecesores mexicanos. La Comisión Federal de Competencia (Cofeco) avaló el año pasado un acuerdo pactado entre las empresas trasnacionales para mantener intactas diferentes prácticas monopólicas como la discriminación de precios y el control de mercados regionales.

Con el aval de las autoridades, el duopolio cervecero es capaz de hacer actos que en sus países de origen son ilegales. No solo mantienen el control del 98 por ciento del mercado, también prohiben la entrada de otros competidores a tiendas de conveniencia y hasta a restaurantes mediante el control de los permisos de alcohol (que originalmente debería otorgar el gobierno).

Beneficios del TLCAN

El acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá fue un parteaguas del comercio exterior en todo el mundo. A pesar de que ciertos sectores se han visto afectados y, en opinión de analistas, el TLCAN debe adaptarse a los nuevos tiempos, se han conseguido grandes avances.

La industria automotriz ha sido una de las principales ganadoras del TLCAN. De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la exportación de automóviles mantiene un crecimiento promedio anual de 12.6 por ciento. 

No solo eso, en los últimos años México se ha convertido en el cuarto productor de automóviles a nivel mundial y nada de esto hubiera sido posible sin las facilidades que otorga el TLCAN para construir verdaderas cadenas de producción entre sus países miembros. 

Antes de que entrara en vigor el tratado existían 13 plantas automotrices en el país, hoy en día son más de 30 y continúan los planes para seguir construyendo más.

En los últimos 20 años las exportaciones en general han aumentado en un promedio anual de 10.6 por ciento. 

Las exportaciones no petroleras en 1994 alcanzaban un valor de 53 mil millones de dólares, para finales del 2012 estas aumentaron a más de 317 mil millones de dólares (Banxico). 

Además, lo anterior no toma en cuenta los miles de empleos creados por las maquiladoras en el territorio nacional.

 

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