Sacar oro de la basura, aprovechamiento de residuos
El aprovechamiento de los residuos no solo ayuda a la mitigación de los impactos medioambientales, económicos y sociales, sino que genera un negocio con gran potencial; para conseguirlo, falta vigilar el cumplimiento de las leyes existentes en el país e intentar replicar los modelos de éxito del extranjero
Rubén ZermeñoDicen que la basura de unos es el tesoro de otros, el dicho aplica perfectamente para los residuos y desechos de metal, principalmente de hierro y aluminio, que terminan como chatarra en tiraderos o basureros pero que con nuevas políticas públicas y con un cambio de paradigma a nivel personal, podrían convertirse en un bien preciado.
Para poder sacar oro de la basura, comenta Gloria Marina Godínez, fundadora y directora general de SustainLuum, lo primero que se necesita impulsar son políticas para la separación de residuos para después aspirar a una economía circular pero, para lograrlo, hace falta mucho trabajo por hacer.
La urgencia de comenzar a trabajar en el tema es proporcional a los beneficios que generaría en la industria e incluso en el medio ambiente, entre los que se encuentran la creación de ahorros económicos y de un modelo de negocio integrado.
Un ejemplo de esto, es el modelo que implementó la empresa automotriz Volkswagen en algunas de sus plantas europeas en las que ha establecido un modelo de reciclaje de ciclo cerrado, es decir, colabora con sus proveedores para venderle sus residuos de acero o aluminio para que el abastecedor lo recolecte, lo procese y nuevamente se lo ofrezca a VW, evitando que se considere como un residuo, sino un subproducto.
“Recircular residuos como materia prima permitiría prolongar la vida útil de los sitios productivos al disminuir la velocidad a la cual se está extrayendo materia prima, lo cual puede generar una mayor rentabilidad en los procesos industriales”, comenta la directora general de SustainLuum.
Otro beneficio que conlleva el aprovechamiento de desechos es la generación de empleos, comenta la especialista.
Los cambios para lograrlo deben de ser políticos, legislativos y personales, ya que aunque haya leyes para fomentar el uso de los desechos, su operatividad todavía no es óptima.
“A nivel federal se cuenta con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, la cual no se ha logrado fomentar de forma eficiente por falta de instrumentos económicos que la fortalezcan”, agrega Gloria Godínez.
La especialista además señala que los Planes de Manejo Colectivos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del Gobierno federal son un excelente mecanismo con un gran potencial, pero aún falta articularlos en los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal
El éxito, revela, está en ver hacia el exterior e intentar replicar las políticas públicas que ya han funcionado en el extranjero.
“Deben crearse y fortalecerse nuevas políticas que fomenten la adopción de una economía circular a lo largo de la cadena de generación de residuos, entre estas medidas existen algunas que a nivel internacional han demostrado ser instrumentos relevantes para optimizar la gestión de los residuos”, dice al respecto.
Entre las medidas que se podrían implementar en México se encuentran el cobro por generación de residuos, la penalización de actividades como la obsolescencia programada, e incluso la fiscalización de recursos de forma diferenciada para favorecer su uso responsable.
“Un país ejemplar en este ámbito es Suecia, que ha logrado la recuperación del 99 por ciento de sus residuos a partir de la adopción de distintas medidas, por ejemplo, el establecimiento de un elevado impuesto a los ciudadanos por el uso de rellenos sanitarios y la ampliación de la infraestructura de reciclaje con lo que se facilitan las actividades de separación”, ejemplifica.
El cambio individual para aprovechar los residuos
Además de utilizar la experiencia internacional y de vigilar la operatividad de los mecanismos existentes en el país, la fundadora y directora general de la consultora en sustentabilidad SustainLuum comenta que la principal acción es impulsar una mayor concientización en las personas que después se verá traducida en la generación de políticas efectivas que logren que los residuos sean recuperados con una mayor facilidad.
“Lo más adecuado sería que se definan políticas e instrumentos que incentiven la economía circular y por lo tanto, desde el diseño del modelo de negocio de una empresa se determine el uso que se les dará a estos materiales previo a que se mezclen y transformen en residuos”, dice al respecto.
De esta manera, como consumidores, las personas al seleccionar un producto podrán elegirlo de acuerdo con los envases que tienen mayor potencial de circularidad.
Por ejemplo, las latas de aluminio alcanzan una tasa de reciclaje del 97 por ciento y acorde con un análisis de ciclo de vida realizado por Ball Corporation en 2020 tienen el indicador de circularidad más alto con 0.83.
Otros ejemplos de circularidad se pueden observar con los esquemas de retorno de envases como los garrafones de plástico o botellas de vidrio con lo que se logra evitar la generación de residuos mediante su retorno al productor y reacondicionamiento.