Robo hormiga: el verdugo de las tienditas
El hurto de productos ha afectado durante años el patrimonio de más de un millón de pequeños comercios. Un delito que se puso en el ojo público por lo sucedido con un extrabajador de Grupo Bimbo
Nayeli Meza OrozcoEl daño ocasionado por el robo hormiga puede llegar a ser tan grande como un elefante. Cada día, decenas de personas acuden a tienditas y misceláneas, aunque no necesariamente para comprar algún producto.
Este delito parece no tener freno y con el paso de los años ha ido en aumento al grado de que es considerado como uno de los que más afectan al patrimonio de los pequeños comerciantes en el país.
En México existen un millón 182 mil puntos de comercio tradicional (tienditas, pequeños establecimientos, carnicerías, papelerías, entre otros), de los cuales 632 mil son abarrotes, de acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
Gracias a este sector, dos millones de mexicanos se autoemplean y tres millones más dependen de él para salir adelante.
De manera independiente, el robo de unas papas, una lata de frijoles, dulces o productos de higiene personal podría no tener gran impacto, pero al acumularse el daño ocasiona pérdidas millonarias para los pequeños negocios y de paso a la economía del país.
El robo hormiga le dejó un detrimento al país por 160 mil millones de pesos durante el año pasado, cifra 15 por ciento superior a la registrada durante 2016, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales ( ANTAD).
Además, este ilícito tuvo una incidencia de mil 352 casos por cada 10 mil establecimientos, según la última Encuesta Nacional de Victimización a Empresas, divulgada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Ada Irma Cruz, presidenta de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope Servytur) de la Ciudad de México, opina que el robo hormiga impacta más a negocios que no se han modernizado, ya que no manejan inventarios confiables que les permitan detectar de manera sencilla el robo de productos, situación que evita que puedan tomar acciones preventivas.
“Estos comercios mantienen un esquema de confianza con el consumidor, por la cercanía al ser vecinos, el tiempo que están abiertos al público y la interacción que se da. Por ello son vulnerables a este tipo de delitos, así también, por ser negocios familiares en los que diversos miembros de la familia atienden, se dan espacios en que no se pone la debida atención”, comparte la presidenta de la Cámara.
Si bien este delito no es exclusivo del pequeño comercio, sí resiente la mayor parte del impacto. Un sondeo elaborado por Canacope revela que en las tiendas de abarrotes el ilícito representa una pérdida diaria de 50 pesos aproximadamente y mil 500 pesos al mes. Esto quiere decir que el porcentaje de las pérdidas ronda entre el 5 y 7 por ciento de las ganancias mensuales de cada establecimiento.
Robar no es cosa de juego
El principal motivo por el que los pequeños comerciantes no denuncian es por el alto costo que les implica enjuiciar a los delincuentes hormiga, además de la complejidad en los trámites que se deben realizar para enjuiciar al responsable.
Asimismo, porque en la mayoría de los casos este ilícito se comete con ciertos productos y al analizarlo de manera general no es viable iniciar un procedimiento penal. El desconocimiento de dónde y cómo presentar una denunciar también son otros factores que influyen.
Un análisis elaborado por Grupo ALTO México muestra que 60 por ciento de los consumidores mexicanos ha hurtado algún producto en dichos establecimientos, por lo menos una vez en su vida; aunque muchos minimizan el hecho o no reconocen su responsabilidad.
Los perpetradores pueden ser desde personas que trabajan en el local, amigos, familiares, proveedores y consumidores.
El negocio es más vulnerable cuando hay un mayor número de clientes, en especial si tiene puntos ciegos en el establecimiento, algo que es aprovechado por los delincuentes para sustraer mercancías.
ALTO tiene registro de que las personas que más hurtan son hombres con una edad promedio de entre 18 y 27 años, pero la edad y género varia dependiendo de la época del año.
Por ejemplo, previo a la celebración del Día del Amor y la Amistad, se registra una mayor incidencia de mujeres, mientras que en las Fiestas Patrias son los hombres quienes hurtan más mercancías, en especial, bebidas alcohólicas.
Entre los principales productos más robados de las tienditas destacan las botanas, dulces y artículos de higiene personal en general.
Para Karina Soriano, directora jurídica de Grupo ALTO México, el principal problema que se percibe es que muchas veces este delito no es tomado con la debida seriedad, pues las personas lo toman como un juego o una ‘travesura’.
“Existe mucha desinformación al respecto y se cree que si sustraen productos de algún establecimiento no se les va a castigar, pero el robo hormiga está penado en el artículo 220 del Código Penal Federal y las sanciones van desde multas hasta la cárcel”.
Caso Bimbo
El incidente ocurrido con un extrabajador de Grupo Bimbo puso en evidencia un delito que lleva años dañado el patrimonio de las tienditas en México.
Cuando el suceso se dio a conocer en redes sociales, la empresa emitió un posicionamiento oficial en el que rechazaba estas acciones al argumentar que iban en contra de sus valores y código de ética.
Asimismo, anunció que el responsable había sido dado dado de baja y puesto a disposición de las autoridades para ejercer las acciones legales correspondientes.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec, considera que la actual situación por la que está atravesando el grupo dirigido por Daniel Servitje es una oportunidad para mejorar sus prácticas comerciales.
“La empresa debe hacer una autocrítica y revisar sus procesos desde el momento en que contrata a una persona hasta el manejo que tiene en la operación diaria con los clientes”.