Rescatista ‘oportuno’

Carlos Slim es uno de los personajes más controversiales de México, pero muy pocos se atreverían a decir que no sabe hacer negocios.

Consolidado como el segundo hombre más rico del mundo, sólo por debajo de Bill Gates, las maniobras empresariales de Slim siempre causan polémica en la opinión pública.

Su última gran adquisición fue un paquete de acciones de la empresa propietaria del diario The New York Times (NYT) que lo convirtió en el mayor socio de la empresa.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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No es la primera vez que el empresario rescata una empresa que tiene problemas financieros, la acompaña en su momento más débil y termina con realizando un negocio multimillonario
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Carlos Slim es uno de los personajes más controversiales de México, pero muy pocos se atreverían a decir que no sabe hacer negocios.

Consolidado como el segundo hombre más rico del mundo, sólo por debajo de Bill Gates, las maniobras empresariales de Slim siempre causan polémica en la opinión pública.

Su última gran adquisición fue un paquete de acciones de la empresa propietaria del diario The New York Times (NYT) que lo convirtió en el mayor socio de la empresa.

La compra fue producto de un contrato de préstamo que el magnate realizó con el periódico en el 2009. En esas fechas, el NYT se encontraba en una delicada situación financiera que se originó con la crisis un año antes.

En tiempos de necesidad, Carlos Slim le ofreció al periódico un préstamo de 250 millones de dólares a una elevada tasa de interés de 14 por ciento, una oferta que no pudieron rechazar debido a sus precarias condiciones financieras.

Entre los términos del contrato también se estableció que, después de un tiempo determinado, Slim tuviera la opción de comprar cierto número de acciones a un precio de 6.21 dólares por título.

Además de las ganancias que obtuvo con el préstamo, el magnate ejerció su opción de compra de acciones cuando el precio por título se encontraba en 12.57 dólares.

Con esto, Slim pasó de tener el 7 por ciento de las acciones, a ser el mayor accionista con el 16.8 por ciento, ahorrando de por medio 100 millones de dólares con la diferencia entre el precio real de las acciones y el pactado en el 2009.

Su paso por el NYT destaca la manera que tiene de reconocer negocios y obtener el mayor rendimiento de sus inversiones.

No es la primera vez que el empresario rescata una empresa que tiene muchos problemas financieros, la acompaña en su momento más débil y termina con un gran negocio cuando la situación mejora.

Los dueños del Times

Aún al doblar su participación y convertirse en el mayor accionista del NYT, Slim no controlará la directiva de la empresa, ya que sus acciones son todas Clase A. Esto sólo le permite votar por hasta un tercio de los miembros del consejo administrativo.

Los otros dos tercios del consejo son votados por los propietarios de las acciones Clase B, que no circulan en el mercado. El 90 por ciento de estas acciones está en manos de la familia Ochs-Sulzberger.

Los Ochs-Sulzberger controlan al NYT desde 1896, y el principal heredero, Arthur Ochs-Sulzberger Jr., es el actual presidente de su consejo administrativo.

La estructura de votación de la empresa, junto con el compromiso de los Ochs-Sulzberger de no vender su participación, vuelven difícil una toma hostil por parte de Slim. 

Pero siendo que el precio de las acciones cayó casi 18 por ciento en el último año, quizá sólo sea cuestión de tiempo antes de que la familia se vea en suficientes aprietos como para que una oferta de compra resulte irresistible.

 

 

De ‘no vendemos’ a ‘vendido’

La mayoría de los analistas no prevén una compra hostil por parte de Slim, ya que la familia Ochs-Sulzberger mantiene un control firme sobre la empresa y ha declarado repetidamente que no está a la venta.

Pero aunque esto vuelve una adquisición altamente improbable no la hace imposible, como ilustra lo que ocurrió con la empresa propietaria del diario The Wall Street Journal, y su venta por parte de la familia Bancroft.

En 2007, después de 105 años como propietarios de Dow Jones & Company, los Bancroft vendieron su participación accionaria del 68 por ciento a News Corporation, conglomerado propiedad del magnate mediático Rupert Murdoch.

Al igual que los Ochs-Sulzberger, los Bancroft declararon públicamente por mucho tiempo que su periódico no estaba en venta, pero después de tres meses de cortejo por parte de Murdoch cedieron ante una oferta de 60 dólares por acción (al cierre del día anterior a la oferta, la acción se cotizaba en 36.33 dólares). 

El total de la compra de Murdoch resultó ser de más de 1.2 mil millones de dólares, por lo que los Bancroft obtuvieron 500 millones de dólares de ganancia contra el valor real de su participación, que se encontraba por debajo de los 750 millones de dólares.

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