Philip Morris quiere ofrecer una fumada diferente. En el largo plazo, el gigante dejará de producir cigarros para enfocar todos sus esfuerzos en el desarrollo de productos libres de humo. El plan es ambicioso: la empresa estadounidense espera que para 2025 alrededor de 40 y 50 millones de consumidores migren hacia los dispositivos electrónicos.
Sin embargo, el principal desafío para la compañía fundada por Philip Morris en 1885 es que los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (nombre científico para los cigarros electrónicos, e-cigs o vaporizadores) no cuentan con una regulación en México, situación que pone una piedra en el camino para lograr esta transición.
“Es importante que en México se dé un debate con todos los actores involucrados para poder determinar el papel de estas nuevas alternativas. Nuestra ambición es dejar de vender cigarros para construir un futuro libre de humo”, dice en entrevista Gonzalo Salafranca, director de Asuntos Corporativos de Philip Morris México.
Desde hace más de una década, la empresa dueña de marcas como Marlboro y Chesterfield ha trabajado en el desarrollo de productos, entre ellos el IQOS (I Quit Ordinary Smoking). El artefacto, cuyo nombre en español es ‘Dejé el cigarro tradicional’, hace que el tabaco se caliente sin generar combustión.
En la actualidad, más de 430 expertos de clase mundial trabajan en ‘El Cubo’, un centro de investigación ubicado en Neuchâtel, Suiza. Este complejo forma parte de los 4 mil 500 millones de dólares que Philip Morris ha invertido desde 2008 para ofrecer alternativas que sustituyan al cigarro, el cual es consumido por mil millones de personas en todo el mundo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El directivo asegura que estos dispositivos representan una mejor alternativa para los fumadores, ya que la causa principal de las enfermedades por fumar proviene del humo que se genera en la combustión cuando se quema el tabaco.
“El producto alternativo más desarrollado que tenemos reduce la exposición de esos componentes tóxicos entre un 90 y 95 por ciento”, detalla Salafranca al referirse al IQOS.
No obstante, el también licenciado en Ciencias Económicas es consciente de que esto no es suficiente, por ello, han realizado estudios clínicos para conocer el impacto que tienen estos productos en las personas.
México, en el limbo regulatorio
Los sistemas electrónicos de la empresa han ganado terreno en diferentes países. A la fecha, el IQOS se comercializa en 38 mercados alrededor del mundo y cuenta con cinco millones de consumidores que dejaron el tabaco para utilizar este dispositivo.
Alrededor del 13 por ciento de los ingresos netos de la compañía provienen de las alternativas sin humo. De igual forma, el gasto comercial de estos artefactos alcanzó el 40 por ciento el año pasado, y 75 por ciento del gasto de investigación y desarrollo.
Italia y Japón fueron los primeros países en donde Philip Morris introdujo esta clase de sistemas. Para el ejecutivo, el mercado nipón es el ejemplo más emblemático de cómo se dio la aceptación por parte del consumidor. Hoy, el IQOS alcanza una cuota de mercado del 16 por ciento en la nación asiática.
En el caso de México la venta de cigarros electrónicos se encuentra prohibida por el artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco, asimismo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha reiterado que los e-cigs no cuentan con registro sanitario como medicamentos o dispositivos médicos.
Aunque los organismos no han podido determinar si existen o no riesgos para la salud, esto se ha convertido en una barrera para que la firma tabacalera llegue a los mexicanos.
México es pieza fundamental en la estrategia de Philip Morris en esta transformación y aunque, por ahora, la firma con más de 130 años de existencia no comercializa sus dispositivos libres de humo en el mercado nacional, Gonzalo Salafranca se muestra optimista de que pronto lo puedan hacer.
“Nuestra meta es poder ofrecerle a los mexicanos estos productos lo antes posible. Estamos decididos a liderar la transformación de la industria”.