De las reformas estructurales que impulsó el actual Gobierno federal, y que llevaron al país a estar de moda en el contexto internacional; dos de ellas perfilan un camino distinto. Por un lado, la de telecomunicaciones enfrenta la incertidumbre por la tarifa cero de interconexión, mientras que la energética ha superado el reto de los bajos precios del petróleo.
Uno de los logros más significativos de la reforma de telecomunicaciones implementada hace cuatro años fue que el consumidor obtuvo menores precios en los servicios, lo que contribuyó a una menor la inflación.
Pero ahora, el futuro del incentivo que dio la reforma de permitir a los competidores de América Móvil de interconectar a sus usuarios sin pagar una cuota está en manos de la Suprema Corte.
Por su parte, la reforma energética ha enfrentado un entorno adverso por la caída en los precios del crudo. En el segundo trimestre, la cotización mostró una tendencia a la baja, la mezcla WTI perdiendo 14.07 por ciento durante el año para ubicarse cerca de los 46.16 dólares por barril.
El principal motivo de las pérdidas del petróleo es que la producción petrolera de EU ha ido en aumento, desde 8.77 millones de barriles diarios en 2016 hasta un nivel cercano a 9.35 millones de barriles diarios. Además, los inventarios del crudo se mantienen 100 millones de barriles arriba de la media de cinco años.
Telecomunicaciones futuro incierto
La reforma en telecomunicaciones fue vista como una gran victoria para el presidente Enrique Peña Nieto, al fomentar la competencia abriendo la industria a nuevos jugadores.
Pero Carlos Slim, quien controla América Móvil, inició una batalla en contra de esa reforma en los tribunales mexicanos, al quejarse de que los legisladores no tienen atribuciones para imponer tarifas de interconexión, explicó la agencia Reuters.
La disputa legal será resuelta en la Suprema Corte de la Nación, que no ha dicho cuándo planea tomar una decisión.
Sin embargo, los amparos promovidos por América Móvil para eliminar la tarifa cero de interconexión generaron descontento en los competidores de Slim, que están agrupados en la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti). Acusan que el recurso legal compromete las finanzas de los jugadores del sector, que confiaron en la reforma para invertir en el país.
Lo anterior provocó la reacción de América Móvil, que opera en México con las marcas Telmex y Telcel, que contestó la semana pasada, a sus competidores al rechazar que la eliminación de subsidios, como la tarifa cero afecte los precios de los usuarios.
De acuerdo a un comunicado de la empresa propiedad de Carlos Slim, la baja en los precios es producto de la intensa competencia existente, las grandes inversiones en infraestructura, el cada vez mayor uso de datos, la tecnología, el aumento en la productividad, y la eficiencia en cosos de los operadores.
Además, de acuerdo con el Wireless Matriz, Telefónica Movistar ha invertido en México en los dos últimos años, 4.6 mil millones de pesos; mientras que AT&T, que ofreció una cantidad de 2 mil millones de dólares en 2015 y 2016, sólo ha ejercido 1.3 mil millones de dólares, es decir 700 millones de dólares menos de lo comprometido.
La tarifa cero de interconexión es la prohibición legal a la empresa controlada por Carlos Slim, América Móvil, en su calidad de agente económico preponderante en telecomunicaciones, de cobrar a sus competidores por la terminación de llamadas en su red.
Energética supera retos
A la luz de las cifras de inversión en el sector hidrocarburos en el país, como resultado de la reforma energética por unos 77 mil 800 millones de dólares, se podría decir que ésta va por buen camino.
Esos números fueron destacados la semana pasada por el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, en el marco del foro Oil & Gas Innovation.
La cifra podría abultarse todavía más hasta llegar a los 100 mil millones de dólares si se toma en cuenta las cuatro licitaciones de hidrocarburos que todavía faltan por lanzar, en lo que resta del actual sexenio, que concluye hacia finales de 2018, una adicional a las anunciadas inicialmente.
“Estamos hablando de inversiones ya comprometidas, no de prospectivas de inversión”, declaró.
Derivado de las rondas de campos petroleros se comprometieron inversiones por 56 mil millones de dólares, además de los 12 mil 200 millones de dólares en gasoductos y otros seis mil 600 millones de dólares en energías limpias.
En relación a las cuatro licitaciones petroleras que se lanzarán en lo que resta de la actual administración, una de ellas será mixta, que incluirá campos petroleros en aguas profundas, una mezcla de hidrocarburos convencionales y no convencionales, así como agua someras, cuya subasta será hacia el final del sexenio, agregó.
Pero es evidente que esas cantidades no se van a derramar en un año ni en dos, sino que abarcarán plazos más extensos, de más de 10 años.
La magnitud de la inversión estimada podría ser equivalente a la instalación de 200 plantas automotrices, de acuerdo a previsiones de analistas.
Una de las mayores inquietudes para los inversionistas es el proceso electoral de 2018, sobre todo ante un eventual triunfo de la izquierda en el país. Al respecto, en el mismo foro, el director general de Pemex, José Antonio González Anaya, despejó cualquier inquietud al afirmar que la restricción principal para echar para atrás la reforma son los mercados.
El calendario de la reforma sigue su curso, y esta semana México licitará las Rondas 2.2 y 2.3, en donde la Secretaría de Energía espera un promedio de adjudicación de más de 30 por ciento del total de los campos subastados, con un pronóstico de más de 1.2 mil millones de dólares en inversiones.